Et
CANTICO
DE LOS CANTICOS.
5
~
Quae est ista quae as–
cend
it
de deserto , deliciis af–
. fiuens , innixa ·
super
dilecturn
suum
~
Sub arbore malo
susci-
'
Este verslculo quiere el M .
L EON
que sea cof( o un parenrhesi
J
o sentencia
entre rexid a
1
entre las hablas de los dos Es–
poso
y
Esposa ,
y
que sean palabras de
las person as , que despues de recobrarse
de! desmayo sobredicho, la vieron volver
d esde el campo a
la
Ciudad , muy unida
y
abrazada con su Esposo. Pero siguien–
do nosotros la serie e hilo que llevamos,
parece que la Esposa luego que despert6
y
vio a su Esposo , encendida en nuevas
Jlamas de su amor,
y
superior a todos los
respetos de! mundo , se arrojo a los bra–
zos -de
SU
Esposo '
y
sostenida por el,
volvio de
ste modo desde el desierto o
campo a la Ciudad : lo que di6 ocasion
a
los compafieros del Esposo a que la e–
logiasen llenos de admiracion
y
sorpresa.
Los mismos Angeles admirarin quando
vean subir la glesia desde el desierto de
este mundo, en donde no habia sino falta
_de todos los bienes , a la Celestial
J
eru–
salem , acompanada de tan noble adorno
de meritos
y
de virtudes. Sube , porque
emplea toda su volontad
y
todas sus fuer–
zas ; pero apoyada
y
sostenida siempre
por su Esposo , que bax6 del Cielo para
ser todo su apoyo
y
defensa.
La
I glesia es figurada por la Espo–
sa , unida por caridad con este Esposo
admirable.
Y
Jesu Christo como toman–
dola por la mano en calidad de su Es–
posa , la conduce al Cielo , como a
la
cimara nupcial , en que esta santa alianza
debe recibir su perfeccion.
Lima
d e de–
licias
,
esto es , de la dulzura de su e_a–
labra,
y
de la union de su espfritu
y
de
su gracia.
Apoyada sobre su amado,
esto
es, po ·o;:odo su confianza en el socorro
de
J
esu Christo , solamente ha Ila en su
g racia la fu erza de salir de este destierro,
y
de elevarse bacia el Cielo , que es su
patria . Los Padres comunmente entienden
tambien esto de los rapidos
y
asombrosos
progresos de la primiriva Iglesia, sobre la
qual se vio derramada la plenitud de la
gracia
y
de
lo~
clones de! E spiri to Santo.
5
l
Quien es esta que sube
del desierto
1
,
llena
de delicias,
recostada sobre su arnado? Deba–
xo de un manzano te desperte
~:
z
Estas son palabras de! Esposo, que
oyendo
a
sos compaiieros al abar a su Es–
posa de la manera dicha , para que esta
no
tomase oca\ ion de engreirse al oir sus
propias alabanzas , aunqoe verdaderas, le
hace presente de doode le venia esta
gracia singular de que gozaba ,
y
le dice:
Debaxo de un manzano.
·~·
haciendole
a
la memoria aquel arbol funesto' baxo.del
qual Eva su madre habia sido pervertida,
y
habia p erdido su inocencia original,
quando quiso antes dar oidos a la voz de
Ia serpiente , que la halagaba para per–
derla , que al precepro de su Cria–
dor, que de ningun modo la podia
enua~
fiar. Esta es la exposicion comun
de
los
Padres. La letra de! Hebreo dice ;is!:
De–
baxo def manzano te desperte
:
all{ tuvo
do/ores de
t{,
te pari6 con dolores ,
tu
madre
:
alli tuvo do/ores la que te pario:
y
siendo masculinos los pronombres
te
y
tu
,
son palabras que la Esposa dice a su
Esposo ,
y
que pueden exponerse en el
mismo sentido que llevamos : Comiendo
yo debaxo de! arbol de la ciencia de! biert
y
del mal , de la fr
ota prohibida , te des–
perte
y
movl , para
q.ue'finieses al mun–
do a borrar mis pecados :
all{,
esto
~s,
debaxo de aquel arbol te concibio ,
y
te
pari6 tu madre, esto es , Eva , o la natu-.
raleza humana,
y
con su gravlsimo
peca~
do foe causa de
tu
Encarnacion. Algunos
qui eren qqe aquellas <pa[abras
debaxo de!
·
manza~zo
,
sean tomadas Je! uso de los
pastores , que se suelen echar a reposar
debaxo de los arboles. El
M.
LEON si–
guiendo esta exposicion , supone que la
E sposa volviendo a la Ciudad abraza:fa
de su Esposo,
y
acordindose del princi–
pio
~e
sus amores, se los cuenta ahor a con
graode alegrfa , viendo el dichoso fi n que
habiao tenido ,
y
le dice : Eposo mio,
que me parece que ahora te desposarort
conmigo;
y
esto era estando tu
y
yo de- .
baxo de un a rbol en las huertas' debaxo
de aqoel arbol dond e te pario tU madre:
y
allf
estuvo de p arta la que te pari6;
re-