Table of Contents Table of Contents
Previous Page  57 / 682 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 57 / 682 Next Page
Page Background

CAPITULO VI.

49

ovium quae ascenderunt de la–

vacro , omnes gemellis foetibus,

et sterilis non est in eis.

6

Sicut cortex mali punici,

sic genae tuae absque occultis

tu

is.

7

Sexaginta

sunt

Reginae;

et o&oginta concubi nae , et ado–

lescentularum non est 79umerus.

8

Una · est

columba mea,

perfecta mea , una est matris

suae , eleeta genitrici suae. Vi-

1

La Escritur:;i. parece hacer aqu! alu–

sion a 'lo que en aquel tiempo se vefa en

los P alacios de los R eyes de Israel , en

d ond e efeCl:ivamentc ha ia muchas muge–

res que tenian el nombre de Reynas o

mugc res de primer orden : otras que aun–

que erJn muge res legitimas , eran llama–

d as concubinas

0

de segundo orden ' por–

que no gozaban de la dignidad

y

privile–

gio de aquellas:

G enes.

xxv.

6.

y

xxxv.

y

las otras doncellas eran las que estaban

reservadas para escoger de ellas las que

h abian de entrar en e

1

n{unero y goce de

R eynas , o de mugeres de primer o rden;

o tambien las que estaban en la clase de

sirvientas o de 'doncellas. Sentado pues

e~to

' y que aqul se toma el nurnero de–

finido por el indefinido ; para encarecer

al

Esposo el amor singular con que dis–

tingue a su Esposa , declara que la ama

con tanta preferencia sobre todas las o–

tras que aqul se re

ren, que las demas ·

en su comparacion no merecen este

nom~

bFe de amor; y que aunque hay allf mu–

chas , solo su Esposa es a quien prefiere

en el amor.

Y

as! dice

v.

8.

Unct sofa

es mi p alorna .

En las Reynas , concubi–

nas y doncell as se fi guran tl'es ordenes

.de personas en la Iglesia Militante.

Los

q ue c"mienzan o esd.n auo como en la

in fancia de la piedad : los que ban cre–

cido o adel antado alguna cusa ; pero que

reyoa todavfa en ellos mas el temor que

la caridad :

y

los perfetl:os , qu e son los

que estan estrechamente unidos con su

Esposo por uo principio de amor. Mas

por quanto es muy dificil que la caridad

Tom. VI.

ovejas que subieron de lavarse,

tod as con crias mellizas ,

y

no

hay esteril entre ella .

6

Como corteza de grana–

da ,

asi

tus mexilla

sin

lo

que

en

ti

se esconde.

7

Sesenta son

las

Reynas ,

y

ochenta

1!

concubina

, y las

doncella s son

sin

numero (.

8

u

a sola es

mi

paloma,

mi perfeeta , u nica de

SU

ma–

dre

2

,

escogida de la que la en-

sea absolutamente sin temor en este mun–

do ; y por otra parte la carid ad que es

perfecra , echa fuera de sf

todo tc: mor;

I.

IoaNN.

IV.

18.

de aqof es, que no de–

bemos mirar pr9piamente a la Jllt5lesia,

co–

mo la p aloma que es ifoica

al E sposo,

y

por consiguienre elevada sobre todas las

otras mu geres ; sino quando la caridad

perfeCl:a , hab iendo desterrado de sf to–

do temor , reuna como e

su seno pa–

ra gloria de su Esposo

todas aquellas

que ban tr abajado durante esta vida , pa–

ra hacerse dignas de poseerle aunque en

grados diferentes. De modo que aunque

hay sesenta Reynas, ochenta concubi–

nas, y donce ll as sin numero; esto no obs–

taote una sola es la p aloma , porqoe to–

do esti encerrado en el seno de la Igle–

sia Catholica, que ha de ser presentada a

J

esu Christo ' como a

SU

unic.:o Esposo,

como una vlrgen tod a pura.

II.

Cor.

x1 .2 .

~

La madre de esta paloma debe ser

otra paloma.

Y

asi es , porque la I gle–

sia debe ser considernda como el fr uto

espiritual ,

y

la obra del E spiritu Santo;

pu~

verdaderamente foe form ada por es–

ta Di vi na Paloma el dia de P entecos res,

que en el la escogio , aparto

y

separo

d e todas las otras. H ay al gunos

o obs–

t ante , que apli ca n t odo esto

fl

la I gle–

sia Militante, y tambi en a la Triumphan–

te. Vease lo d icho en el Cap.

Iv .

7. Y

por la madre de la {inica E sposa , y de

la paloma escog ida , entienden la

J

erusa–

lem que es d . en lo alto , que es verda–

deramente libre , y t ambien nuestra ma–

dre ,

G alat.

1v.

26.

de la qual la que es-

G