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EL CANTICO DE LOS CANTICOS.

3

Pukhra es , amica mea,

suavis et decora · sicut Jerusa–

lem :

terribilis ut

castrorum

acies ordinata.

4 Averte oculos _tuos

a

me,

quia ipsi me avolare

fecerunt.

Capilli tui sicut grex aprarum,

quae

app~ ·ruerun~

de Galaad.

5

Dentes

tui

sicut grex

1

Esto es , adornada de todo genero

de virtudes. En donde

la

Vulgata

lee

suct–

v e ,

y

los

Lxx.

trasladaron ws

Evcl'

ox.la:

,

co–

ma el contento

r

deleyte

;

se lee en el He–

breo

i!·fl1:1?

kethirtsah,

qu·e unos trasladan

suave

,

mnena

,

deleytable

;

y otros lo

toman como nombre propio de una Ciu–

d ad en la 'I:ri bu de Ephraim , que foe la

Corte de los Reyes de Israel,

III.

R eg .

1uv.

17.

xv.

5.3-·

y a la que pQr su ame–

nidad se le di6 el nombre de

Thersa.

y ·

en este sentido es comparada la Esposa a

estas dos Ciudt des Metropolis , que so–

bresalia n entre todas Ia.s otras en henno-

. sura , riqueza , variedad

y

magnificencia

de edificios ' numero de habitadores ...•

Todo lo qual conviene perfeCl:amente a la

~

I g les ia de J esu Christo. Notan tambien

u algunos , que Thersa en otro tiempo ser–

via de domicilio a los Propbetas , as! co -

mo Jerusalem era el lug.try asiento de la

Ley

y

de! cul to di vino; lo qua! todo con–

tiene

y

abraza en s1 la Iglesia. Afiade des–

pues, para significa r que no podia resistir

a la fuerza de su hermosura, que era...•

~(;onzO

UTZ

exercito en Orden de bata–

/la.,

o

formado debaxo de sus banderas ,

como en el Hebreo , que todo lo vence

y allana, sin ponersele cosa por dela te

que no la rind a y sujete. Diciendo esto,

supone que su Esposa tiene en emigos, co–

mo son t)s Prlncipes de las tiniebl as ,

y

to–

dos los que siguen su p artido, los quales

contin name nte le hacen guerra,

y

asf ella

ha de estar siempre en 6rden de batalla,

p ronta para comba tir. Los en mi gos de la•

E sposa lo so n tambi en de! Esposo ;

y

as!

no puede faltarle la asistencia de este, has–

ta alcanzar de e llos

perfcfl:c1

y

cumplid vic–

toria. Esto se verifica tambi en en tod a a l–

ma juna,

cu1a vida es milicia sobr& la ti6'r-

3

Hermosa ere·s

1

,

arniga

mia, suave

y

graciosa como

J

e–

rusalem : terrible como un exer–

cito en orden de batalla

2 •

4

Aparta

de

mi

tus

ojos,

por–

q.ue

ellos me hicieron volar

3.

T

us cabellos como hato de ca-.

bras, que parecieron de Galaad.

5

Tu~dientes

como hato de

ra.

JoB vrr.

I.

No

solam~nte

dice esto el

Esposo por

lo

que mira a .Jos enemigos

de su Esposa , sino que asienta , que es

tambien terrible para el mismo ; pues con

los

dardos de su cor:iz0n,

y

con las sae–

tas de sus ojos , en

los

que se symboliza

la contemplacion , le traspasa ,

y

le !Leva

como caurivo el corazon. Ya an tes habia

dicho Cap.

Iv.

9.

Llagaste mi cor.1zon

...

Y asf vencido el Esposo pide treguas ,

y

ruega que le d exe un poco

re~ pirar,

di-

ciendo:

Aparta de mztus ojos.

.

3

Porque no puedo sufrir sus mira–

das , pues me arrebatan

y

sacan foera de

ml. Hyperbole muy graciosa , con que

decl ara

la

incomparable herrnosura de·

su Esposa. Pidiendo esto el Esposo , le

pide lo que no quiere que haga , es–

to es , que dexe de mirarle , . porque es

grande el placer que siente con so vista:

quiere que la tenga siempre vuelra hacia

el con una viva

fe,

y

con deseos de agra–

dade; mas usa de estos terminos t an

fuer~

tes y expresi vos , p ara declarar q uanto le

es apreciable un tal amor, pues a trueque

de consegui rlo, da

pur

bien empJeados

todos los excesos de caridad ,

y

todo lo

qu e ha hecho por ella. El H ebreo:

Pre-

1.Mlecieron sabre m{,

me vencieron , me

forzaron. La I g lesia cada dia desarma a

Dio airado , como luchando con el, al–

canzando lo que qui ere,

y

como sacan–

<;{ole el castigo de las manos a fuerza de

ruegos

y

de lagrimas. Continua

despm~s

en

los

versos sign ientes , hacienda un parti–

cul ar elogio de las otras partes de la ca–

beza

y

de! rostro, cabellos , dientes , la–

bios

y

mexillas; como en el Cap.

1v .

r.

2.

3.

a donde remitimos al Letl:or : lo qual

re pi te en este luga r, porque esta conside–

racion es la q ue mas rect·ea su inimo.