EL LIBRO DEL ECLESIASTICO.
19 Gra tia super gratiam
mulier
sanCta
et pudorata.
20
Omnis autem ponderatio
non
est digna continentis ani–
mae.
2
r
Sicut Sol
in
altis~imis
Dei ,
bonae species 1n
domus-eius:.
s
mundo
!
mulieris
namentum
22
Lucerna splendens super
t?andelabrum sanctum , et spe–
cies
faciei super aetatem stabi-
lem.
·
23
Columnae aureae super
bases argenteas , et pedes firmi
super plantas stabilis mulie–
ris.
24
Fundamenta
aetern~
su–
pra
petr~m
solidam , et man–
rl
ata ·
Dei in
corde
mulieris
san–
Ctae.
19
Gracia sobre gracia la
muger santa y pundonorosa .
20
No hay cosa de tanto pe–
so
1
q
ue
pueda compararse con
una anirna honesta.
2
r
Loque el Sol al nacer en
las
alturas de Dios
2
es para el rnun–
do, es
la
hermosura de
la
muger
buena para el adorno de su ca
a:
2~
Antorcha que alumbra so–
bre el candelero santo
3
es la her–
mosura del rostro en una edad
robusta
4 •
23
Columnas de oro
s
sobre
basas de plata son los pies
q
ue se
afirman sobre las plantas de
la
muger constante.
24
Cimientos eternos
6
sobre
piedra s6lida son los manda–
mientos de Dios en el corazon
de la muger
santa.
~
-·-
--
r
Aanque sea
de oro ni de plata.
. z
-E11
las cimas de
lo~
montes ,
quan–
do comieaza a dar luz al muado, y lle-–
rtarlo todo de claricl ad y :de alegrfa : tal es.
t.
la
bueaa muger en so casa , el adorno
d~
toda ella , y la alegria de su marido.
3
En el Templo del Senor.
4
La hermosa vista
de su rostro en
una
edad madura
,
y
capaz para gober–
nar· su casa, criar sus hijos , maoteoer Ia
paz , consolar a su marido ....
s
As! como parecea bien ua as colum–
nas de .oro asentadas
sotre imas basas
de plata ; del mismo modo el andar mo–
desto y grave de una muger casada que
g.uarda su casa , y no sale de
e~
si la
ne.cesidad no le obligare. En alguoos Li–
bros Griegos se lee lo que se sigue :
Hi–
j o
,
-:onserva sano el
v~or
d e tu edad,
y
no des
a
los extrctiios tu Juerza. Luego
']Ue lmbieres buscado la m as fecunda
suerte de todo el campo
,
siembra tu si–
mien.teconfiado en tu nobleza. De esta
m_-auera tus retoiios p ermaneceran
,
y
te–
nren~o
!a
li~ertad
de un buen linage,
se
m tdtipltcarcm.
fa
muger que se alquila,
sernepmte sero
ntimada
a
la puerca:
mas la casada,
torre de muerte
p ara los
que usen de ella
,
sera r eputada. L a
muger mala al m alo sera d ada por suer–
te
:
'?'J'ZaS la buena es d ad .-i al que teme
al Senor. La muger sin vergiienza no se
curara de, la deshonra
:
m as la hiJa ver–
gonzosa aun d e su marido sq r eaatara.
La muger d esvergonzada
,
coma
u1za
p erra sen£ tenida ; mas la que tiene pun.–
donor
,
al Senor t emera . L a m uger que
honra a su marido
,
pareccra a todos
sabia
;
mas la
Cj(U
le d eshonra
,
impi~i
J'
soberbia sera reconocida por todos.
D e la muger
buena
,
bienaventurado es
el marido
:
la cuenta de sus anos se do–
blara. L a muger vociHgler a
y
lengu.-zz,
pondran en ella los ojos p ara 11h11.yentar
a
Los
enem~os.
Y
el anima de todo hom–
bre
,
semejante
a
las costumbres de esta._
en alborotos de guerra pasm·a su vida.
6
Asf como los cimientos qa se echan
sobre pied ra viva son Jos mas firmes ; del
mismo modo la Ley saota del Seiior es–
t i
firme en el corazon de una mager san–
ta , como sobre un cimiento soli o . L a
partlcula
-et
en estos y otros machos lu-.
gares une los extremos que se compa.ran.