CAPITULO XIV.
7I
40 Et ait ad universum Is–
rael: Se pa ramini
VOS
in partero
unam , et ego cum Ionatha filio
meo ero
in parte altera. Res–
ponditquc Populus ad Saul: Quod
bon um vid etur in oculis tuis, fac.
4L
E t di xit Saul ad Domi–
num Deum Israel: Domine Deus
J
rael' da indicium : ¿quid est
quod non responderis servo tuo
hod ie
?
Si
in me , aut in lona '
tha filio meo e t iniquitas haec,
da ostcnsionem : aut si haec ini–
quitas est in Populo tuo, da san–
él:itatcm. Et deprehensus est Io–
nathas et Saul , Populus autem
exivit.
42 Et ai t Saul : Mittite sor–
tem inter me , et ínter Ionatham
nlium meum. Et captus est Iona–
thas.
43 D ixit autem Saol ad o–
natham : Ind ica mih '
qu~d
fe–
ceri _ E t indica ir ei Jonat as,
et ai t : Gustans gustavi In som–
rnitate virgae quae era
in ma–
nu mea
, paululum mellis , et
ecce ego morior
44
Et ait Saul : Haec faciat
mihi Deus , et haec addat, quía
morte morieris , lonatha.
40 Y dixo a todo Israé1: Po–
neos vosotros a un lado , y yo
con mi hijo Jonathás estaré al
otro lado. Y respondió el Pueblo
a Saul: Haz todo
lo
que bien te
pareciere.
41
Y dixo Saul al Señor Dios
de Israél : Señor Dios de Israél,
haznos conocer
1
:
¿por qué mo–
tivo no has respondido hoy a tu
·
i
ad se halla
en mí , o en mi hijo Jonathás,
dec1arad1o
"
: pero si tu Pueblo
es el culpado , santifícalo
3.
Y
la suerte descubrió a Jonathás
y
a Saul , pero el Pueblo salió
li–
bre.
42 Y dixo Saul: Echad suer–
te entre mí , y entre' J onathás
mi hijo. Y cayó sobre Jona–
thás.
43 Dixo pues Saul a Jonathás:
Dime que es lo_gue has hecho. Y
se
lo manifestó J'onathás, y dixo:
Ton~é
un poco de miel con el ca–
bo de 1a vara que traLa en mi ma–
no , y gusté de ella , y vedme aquí
que por esto muero.
44 Y dixo Saul: Así haga Dios
a mí , y aun acreciente , si tú , o
J
onathás , no murieres
4,
t.~··-v~--_;
•
L as palabras que se s;guen hasta es–
tas otras : Y la
su~rte
dNrttbriÓ ,
uo se
Jecn en el Ilcbréo , en donde se indica
q ue
la
declaracion se pidi6 por medio
d el
urfm
y
tlmmím.
Haciendo \'Cr quién es el culpable,
para que se castigue como merece.
l
Pcrd6nale ,
y
despucs de reconci–
l iado con él , vuélvelc a
tu
gracia
y
amis–
tad.
i Excelente modo de pedir
!
Se "e
q ue Dios asiste roda"ía a este R ey,
y
que
aun no
ll
babia
d.:~pedido
de su gobier–
no.
iempre quedJn rastros de ,·irmd en
el pecador que ha siJo bueno. El Príncipe
se hizo para el Pueblo. Otros : Saotifícale,
haciéndonos cono.:er el culpable , para
que con su castigo quede san tificado
el
resto del Pueblo.
4
Este es uu modo proverbial que,
como hemos norado en orros lugares , era
fJmiliar a los Hebréos ,
y
una especie de
execracion que pronunciaban contra sí
mismos ,
para mdnifestar la resolucion fi r–
me en que
estab.tnde cumplir lo que de–
cian. Qui
ere decir: Dios me trate con
todo el rigor de su jusrici.t.... En todo lo
que hastJ aquí ha exccutJdo aul no coo–
¡ult6 al Señor , siguió solamente
su
capri-