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LIBRO QUARTO DE LOS REYES.
qui dixerunt ad invicem : ¿Quid
hic esse volumus donec moría–
mur?
4
Sive
ingredi voluerimus
Civitatem , fa:11e moriemur: si–
ve manserimus hic , rnoriendurn
nobis est : venite er·go , et trans–
fugiamus ad castra Syriae : si
pepercerint nobis , vivemus : si
autern occid¡;;re voluerint , nihil–
ominus rnof.íemur.
5
Surrexerunt ergo vesperi
ut venirent ad castra Syriae.
Cumque venissent
ad
principiurn
castrorurn Syriae , nullurn ibí–
dem repererunt.
6
Siquidem Dominus
soni–
turn audiri fecerat
in castris
Syriae
curruum et
equorum
et exercitus plurimi : díxerunt–
q ue ad i vicem : Ecce mercede
condu!Xit clvers\lm os Rex Is–
rael Reges
ethaeO.JUffi et AE–
gyptiorurn , et ve erunt super
pos.
7 Su
;,r~erunt
ergo , et fll.–
gerunt in tenebris , et e¡¡elique–
runt tentoria sua et equos et
asinos
in castris , fugeruntque,
animas tantum suas salvare cu–
pientes.
8
Igitur cum venissent le–
prosi i11i ad principium castro–
rum , ingressi sunt unum taber–
naculum , et comederunt et bi–
berunt : tuleruntque inde argen:.:
tum et aurum et vestes , et
abierunt et absconderunt : rur–
sum reversi sunt ad aliud taber–
naculum , et inde similiter au–
ferentes absconderunt.
los quales dixeron entre sí: ¿Para
qué queremos estar aquí hasta que
muramos?
4 Si quisiéremos entrar en la
Ciudad, moriremos de hambre; si
permaneciéremos aquí, hemos de
morir : venid pues , y pasémonos
al campo de los Syros: si nos per–
donaren la vida, viviremos; y si
nos quisieren matar, al cabo he–
mos de morir.
5
Salieron pues al
anochecer~
para pasar al campo de los Syros.
Y
quando llegaron a la entrada de
los Reales de los Syros "", no ha–
llaron allí hombre alguno.
6
Porque el Señor había he–
cho que en el Real de los Syros
.se oyese
es~ruendo
de carros y de
caballos y de un exército muy nu–
meroso ; y se dixeron
3
entre ellos:
Sin duda el Rey de Israél ha asa–
larjado contra nosotros los Reyes
~e
los Hethéos
4
y de los
Egyp~
cios, y han venido sobre nosotrosr
7 Con esto se levantaron ,
y,
echaron a huir entre las tinieblas
1
y abandonara¡, sus tiendas y ca–
ballos y asnos en el campo, y hu–
yeron , pensando solo en salvar
sus vidas.
' 8
Luego
pues
que
llega–
ron aquellos leprosos a la en–
trada de los Reales, entraron en
una tienda , y comieron y be–
bieron : y tomaron de allí plata
y oro y vestidos , y fueron y lo
escondieron todo ; y volvieron
despues a otra tienda , y toman–
do de allí del mismo modo lo
escondieron.
t...--\~
1
E l Hebréo :
Eu el crepr1sculo de la
,·
Los Sy ros sorprehendidos de temor.
11odre,
o entre dos luces.
4
Estos Pueblos, como y adexamosno·
• A las primera¡ tiendas o escancias.
tado, habitabag al mediodia de la l'alc.tin<\.