C A P 1 T U L O V l.
47I
runt latrones Syriae in terram
Israel.
24 Faél:um est autem post
l1aec, congregavit Benadad Rex
Sydae universum exercitum
suum , et ascendit , et obside–
bat Samariam.
2s
Faél:aque est fames ma–
gna in Sa'maria : et tamdiu ob–
sessa est , donec venundaretur
caput asi,ni oél:oginta argenteis,
et quarta pars cabi stercoris co–
lumbarum quinque argenteis.
- 26
Cumque Rex Israel tran–
slret per murum , mulier quae–
dam exclamavit ad eum, dicens:
Salva me , domine mi Rex.
- 27
Qui ait : Non te salvat
Dominus: ¿ unde te possum sal–
vare ? ¿ de, area vel de torcu–
lari ? Dixitque ad eam Rex:
¿Quid tíbi vis ? Quae respon–
dit:
..
vinieron mas a las tierras de
lsraél.
24 Y aconteció despues de
esto , que Benadád Rey de
Syria juntó todo su exercito,
y subió , y puso sitio a Sa-.
maria.
25
Yhubounagrandehambre
en Samaria: y continuó el asedio_
hasta el extremo de venderse la ca–
beza de un asno en ochenta siclos
de plata
1
,
y eJ
quar~llo
de un ca–
bo
2
de
palomina~
en
~inco
siclos
4 •
- 26 Y
pasando el ltey de ls–
raél por el muro, gritó a él una
muger, diciendo : Sálvame
s,
mi
Rey
y
s~ñor.
27
El le dixo : El Señor no
te salva
6
:
¿ cómo puedo
yo
salvarte? ¿de la era o del Ja–
.gar? Y añadió el Rey : ¿Qué
es
lo
·g;ue tú .quieres? Ella
res~
pondió:
•
~.-.v
dad que había usndo con eltos ; pero n
el Capítulo siguiente vercmo eo
íl1>
este
mismo Rey de Syria volvi¡) des ucs a
SI–
tiar a Samaria, y la redu¡¡o
as
extremE
dades. de una espantosa hambre.
, ' Que equivalen a seiscientos y trein–
ta reales con veinte 1\tJravedís. El asno
era animal impuro , que no podían comer
los Hebréos. T an extremada fué la ham–
bre, que los oblig6 a comer,
y
a un pre–
cio tan exorbitante ,
!9
que les estaba pro-
hibido por la
Ley.
.
• El
cabo
era la sexta parte del
sato;
y
el
sato
la tercera parte del
ephf
o
ba–
to
;
y
por consiguiente el
cabo
la décima
oél:ava parte del
ep/Jí:
y por esto vendría
a ser poco mas de tres libras de las nues–
tras ;
y
la quarta parte del
cabo
,
como
unas catorce onzas.
3
Para usarla en lugar de sal. Otros
lo explican del buche, para sacar de allí,
y
servirse de las semillas y granos que
hallaban:
·
· 4
Que son treinta y nueve reales y ca–
torce maravedís. Otros exemplos de ham-
bre exorematla se cuentan en las historias
muy parecidos al pTescnte ;
y
sobre todo
hórrorÍZ:j lo que·dcspues se die de que las
1n,adres se comían a sus
propi r;¡~
hijos,
El
OCJIAR
T .
interpreta la palabra
H~bréa,
w.'~1'
'")r:t
llhirioním
,
de una especie de
legumbres semejante a los garbanzos , que
era muy despreciable y desabrida,
s
Favor, Rey y señor mio: hacedme
la justicia que es,pero.
6
Si el Señor no lo hace, ¿c6mo pue–
do yo hacerlo? ¿En qué era, o en qué
troxes tengo yo el trigo , y en qué bode–
ga el vino , para darte de comer y de be–
ber, y salvarte la vida? En algJJnOs Có–
dices antiguos se lee :
Non snlvet te Do–
minus
:
¿
unde. te possum salvare
?
D es–
trúyate el Señor ; ¿de dónde quieres o
pretendes que yo te dé con que salvar tu
vida ? Y esta leccion se funda en el texto
original y en los
LXX .
En otras Biblias
antiguas se leen estas palabras de este
modo :
Non, salvet te Domimts:
¿
zmde te,
posmm salvare? No podr¿
;
sálvete el So–
iiqr.:
¿de
dó11de ocómq
te
pu~do
yo
u_rlvar?