LIBRO QUARTO DE LOS REYES.
ro Faciamus ergo ei coena–
culum parvum , et ponamus ei
in eo leétulum et mensam et
seUam et candelabrum , ut cum
venerit ad nos , maneat ibi.
1
r Faél:a est ergo dies quae–
dam, et veniens divertit incoe–
naculum , et requievit ibi.
12
Dixitque ad Gieú pue–
.rum suum : Voca Sunamitidem
istam. Qui cum vocasset eam,
et illa steti,et coram eo,
13 Diltt ad puerum suum:
Loquere ad eam : Ecce , sedu–
Je in omnibus ministrasti nobis,
¿quid vis ut faciam tibi? ¿ num–
quid habes negotium , et vis ut
loquar Regí sive Principi mi–
litiae ? Quae respondit : In me–
dio Populi mei habito.
14
Et ait: ¿Quid ergo vult
ut facia el
?
'xitq e Gieú:
Ne quaera¡; :
fi
iu eoim non ..
habet , e
vl
i s senex est.
15 Praece l t itaque utr vo–
caret eam : quae cum vocata
fuisse
é
stetissc
~te
ostium,
16 D ixit ad eam : In tem-
1
Parece cosa extrafia que habiéndola
hecho llamar Eliséo , y venido ella a su
presencia , le lublase por intérprete , co–
mo sino entendiese el lenguage en que
le hablaba ; tal vez por respeto no entró
dentro del quarto donde estaba Eliséo.
Y así
coram
~:o,
es lo mismo que
cornm
cubiculo d us
,
en donde no se veían;
y
a donde salió Giezi a decirle de parte
de Eliséo lo que se contiene en los vv.
13.
y
14.
Despues la hizo llamar de nue–
vo ,
y
acercándose a la puerta , pero sin
entrar todavía Jentro , le dixo; y respon–
d ió ella lo qoe se lee en el
v.
16.
• Eliséo se habia adquirido un gran–
de crédito en la Corre del Rey Jorám,
por el importante sen·icio que le habia
h cho en la guerra contra los :11oabitas.
10
Hagámosle pues un apo–
sentillo, y pongámosle en él una
cama y una mesa y una illa y un
candelero , para que quando vinie–
re a casa , se recoja en
él.
11
Acaeció pues que un dia
vino él , y entróse en el aposen–
to , y descansó a111.
12
Y dixo a Giezi su criado:
Llama a esta Sunamitis. Y habién–
dola él llamado, y puéstose ella
delante de él,
13 D ixo a su criado': D ile:
Yo veo que nos has asistido con
esmero en todo, ¿qué quieres que
haga yo por
tí
?
¿
tienes algu n
negocio,
y
quiere que hab le al
Rey
2
o al General de las armas?
Ella respondió : Yo vivo en me–
dio de mi Pueblo
3,
14
Y dixo: ¿Qué quiere pues
quehaga por ella?
Y
respondió Gie–
zi:No se lo preguntes 4: ella no
tiene sucesion, y su marido es viejo.
15 Mandóle pues que la llama–
se: y habiéndol a llamado, y pará–
dose ella a la puerta
s ,
16 Le dixo: En este tiempo
y
Y deseando sínceramentedar alguna mues–
tra de su reconocimiento a una pcrson.t
que tanto se habia esmerado en obscqui•r–
le , le ofrece su mediacion en
C.ISO
de te–
ner pendiente en la Corre algun nego–
cio que le imeresase.
3
Yo vivo en paz en mi casa, y no
tengo negocio que merezca llegar
.t
los
oidos del Rey. Esto es, vivo contenta
con mi suerre ; que es como una cxprc–
~ion
pro,•erbial.
• No te canses en preguntar lo que
quiere ; lo que es regular que desee es,
tener un hijo , porque no lo tiene , ni cr–
peranza de ello ; pues su marido es ya
viejo;
y
ella, segun S.
AcusTI" ,
csrüil.
5
Dando otra nueva muestra de su
modestia
y
respeto al s.mto Propheta.