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LIBRO QUARTO DE LOS REYES•
27
Arripiensq~e
fili um suum
primogenitum
qui
regnaturus
erat pro eo , obtulit bolocau–
stum super murum : et faél:a est
indignatio magna in Israel, sta–
t imque recesserunt ab eo, et re–
versi sunt in terram suam.
• A Molóch su dios , como en el úl–
timo apuro y desesperacion de rod,1s !Js
cosas , para te "rle propicio. Los Israe-.
litas ,·icndo
a accion tan horrenda , al
principio se llenaron de indignacioo, que
com·irriéndose despues en compasioo, se
r.etir.~ron
de allí , dexaron al R ey de
Moáb , habiendo renovado con él ántes
27 Yarrebatando a su hijo pri–
mogéni to que había de reynar en
su luga r, ofrecióle en holocausto
1
sobre el muro : y causó una gran–
de indignacion en los Israelitas,
y
en el mismo punto retiráronse de
él ,
y
volviéronse a su tierra.
de la partida , como algunos sienten , el
tratado de que continuase pagando
el
tributo de los cien mil corderos.... N o
falta quien di_e;a que el Rey de Moáb
quando intento romper el campo del Rey
de Edóm , hizo prisionero al hijo de
este , y que viendo desesperadas
todas
las cosas le sacrificó a Molóch,
C A P 1 T U L O
1V.
Eliséo alcam:a de Dios aceyte para que una pobre viuda pague sus deu–
das:
JY
po sus ruegos da el S eñor a la Sunamitis un hijo, al que des–
pues resucitta. Convierte en satuJables unas yerbas venenosas
:
y con
pocos panes sacia
u11a
grande multitud de personas.
1
Mulier autem quaedam
de uxoribus Prophetarum cla–
mabat ad Eiiseum , dicens: Ser–
vus tuus vir meus mortuus est,
et tu nosti quía servus tuus fuit
timens Dominum : et ecce cre–
ditor venit ut tollat duos filios
meos ad serviendum sibi.
2
Cui dixit Eliseus : ¿Quid
vis ut faciam tibi ? ¿Die mihi,
quid habes
in domo
tua ? At
ílla respondit: Non habeo ancil-
• Adorando al verdadero Dios con
un corazon puro
y
síncero.
•
Porque murió pobre y
lleno de
deudas.
3
La Ley permitía a los padres ven–
der a sus propios hijos en el caso de una
1
Y
una muger de los hijos
de Jos Prophetas clamó a Eliséo,
diciendo: Tu 81rervo mi marido ha
muerto, y tú sabes que tu siervo
fué temeroso del Señor': pero
mira que viene el acreedor
2
pa–
ra llevar mis dos hijos ,
y
hacer–
los sus siervos
3,
2
Díxole Eliséo : ¿Qué quie–
res que te haga yo?¿ Dime, qué
tienes en tu casa? Y ella respon–
dió: Yo tu sierva no tengo otra
extrema pobr
eza. Y asímismo los acree–
dores podían
apropi.melos hijos de los
que tenian de
udas , y nql,1s pagaban , ha–
ciéndolos sus esclavos. Cómo sucedía es–
to , y quánto tiempo dUl'aba esta servi–
dumbre se puede ver en el
L ev. xxv. 39...