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LIBRO QUARTO DE LOS REYES.
CAPITULO II.
Elfas hiere c011 su manto las aguas del Jordan
,
las ahre
,
y
lo pasa,
Es arrebatado en un carro de fuego
,
y
dexa a Eliséo en
su
lugar.
Elíséo vuelve a pasar el Jo,·dan hiriendo del mismo modo sus aguas
con el manto de Efías. Eliséo poniendo sal etJ las aguas corrige sus
malas 'calidades. Burlándose de ét w1os muchachos
,
salieron dos osos
y
despedazaron
n,
quarenta
y
dos de ellos.
.
(
1
F
~m
est autem cum
levare vellet Dominus.Eliam per
turbinem in Caelum, ibant Elias
et Eliseus de Ga.lgalis.
2
Dixitque Elias ad Eliseum:
Sede hic, quía Dominus misit me
usque in Bethel. Cuí ait Eliseus:
Vivit Domlnus, et vivit anima
tua, quía non derelinq4am te.
Cumque descendissent Bethel,
3 Eg ressi< sun fi.lii Propheta–
rum qui erant in Bethel ad
liseum, et dixerunt ei: ¿NuJll–
quid nost' , quia hodie Dominus
tollet o
inum tuum a te? Qui
respon it: Et ego novi: silete.
1 .
Y
acaeei~
que queriendo
el Señor arrebatar al Cielo a E lías
en un torbellino , venían Elías
y
Eliséo de Gálgala.
z
Y dixo Elías a Eliséo: Qué–
date aquí , porque el Señor me
manda ir a Bethél
1 •
Elisé
0
le
respondió : Vive el Señor, y vi–
ve tu ánima , que no te dexaré.
Y habiendo descendido a Bethél,
3
.Salieron los hijos
2
de los
Pwphetas que estaban en Bethél
a recil!>ir a Eliséo,
y
dixéron le:
¿No sabes como el Señpr te qui–
tará. hoy a tu amo? El respon–
dió: Yo tambien lo sé: callad
3,
~~
1
Quando Elías propuso tres veces a
Eliséo separarse de él , puso a prueba la
fidelidad
y
amor de su discípulo , como
J
esu Christo quiso hacerla tambien de
sus
Apóstoles.
l oANN. v r. 68. La firmeza
de la respuesta de Eliséo representa la
que dió S. Pedro al Señor en nombre de
t odos los otros discípulos : v. 69.
y
todo
nos enseña quán fuertes
y
estrechos han
de ser los lazos que nos unan con nues–
tro divino Maestro, si queremos recibir
la plenitud de su E spíritu , como Eliséo
recibió el espíritu doble de Elías.
•
L os discfpulos
,
a quien muchas ve–
ces se da
el
nombre de
hijos,
así como a los
maestros el de
padres,
v.
12.
ElíJs
y
Eli–
séo tenian en varios lugares un gran núme–
ro de estos qne vivian en comunidad ,
y
servian al Señor con singular devocion
y
pobreza, como veremos mas adelante. En
Bethél estaba
el
centro de
b
idolatría;
porque Jeroboam habia hecho poner allí
los becerros de oro. Y así se ve la parti–
cular
y
admirable providencia de Dios,
que por tales medios quiso se conservase
en los Pueblos la luz de la verdadera
religion.
.
3
El Señor habia revelado a Elías , a
Eliséo
y
a los discípulos de estos que le
queria arrebatar
y
separar de su compa–
ñía ; pero sin saber unos de otros que te–
nían noticia de este suceso. Por
e~to
los '
discípulos vinieron a avisárselo a Eliséo,
y
este les contestó , diciendo : que
ya
lo
sabia ,
y
les mandó que callasen ; o para
que no le apartasen con sus di•cursos de
la atencion en que estaba ,
y
<¡ue su Maes–
t ro no se le escapara quando ménos pen–
sase ; o tefniendo que apresurase su par–
tida , si llegaba a emender que él la $abia•