CAP 1TUL O
VII.
31
17 Revertebaturque in Ra–
matha : ibi enim erat domus eius,
et ibi iudicabat Israelem : aedi–
ficavit etiam ibi Altare Domino.
1
El Señor dispensó con él en la Ley,
Deuterrm. x
rii.
.3.
4· 5. .. . que manda–
ba que fuese adorado en un solo lugar : el
moti vo de haber dado Dios esta Ley, fué
pon¡ue s.tbia que el Pueblo de los Judíos
era propenso a la idolatría. Los hombres
17 YvolvíaseaRamatha;por·
que allí estaba su casa,
y
allí juz–
gaba a lsraél:
y
allí tambien edi–
ficó un Altar al Señor
1 •
de señalado espíritu que penetraban el
ñ11
de la Ley, sabian que Dios podia ser ado–
rado en todo lugar, viviendo ya, sin em–
bargo de hallarse baxo la Ley antigua,
por el espíritu de la Ley nueva. TuBo–
n~;¡¡
r.
~nesl.
xu.
C
A
P 1 T U L O V 11 l.
Mostrándose avaros los hijos de Samuél, dan ocasion al Pueblo a
qu~
pida un Rey que los gobierne.
r
Samuél de órden del Señor les di–
ce el derecho del Rey
;
y ellos insistm en su pretension.
r
F
aél:um est autem cnm
senuisset Samuel , posqit illios
.suos ludlces Israel.
'
~
Fuitque nomen
ñlii
eius
primogeniti Ioel : et nomen se–
cundí Abia , Iudicüm in Bersa–
bee.
3 Et non
~bulaverunt
ñlii
illius in viis eius : sed declina–
verunt post avaritiam , accepe–
runtque munera, et perverterunt
iudicium.
1
Los hizo como unos Vicarios o unos
Tenientes suyos , para que le ayudasen
en las tareas que pedia un ministerio tan
penoso. Del Capítulo precedente consta,
que Samoél juzgó a Israél miéntras vivió.
2
T enian su tribunal en Bersabee.
3
No imitaron ni siguieron los bue–
nos exemplos de sn padre. De lo que se
ve, que la virtud no es hereditaria, ni pa–
sa de padres a hijos ; sino que es un puro
don de la liberalidad de Dios.... Samuél
era un santo , e hijo de una madre santa,
y
cuidaría sin duda de criar sus hijos en
•
I
Y
aconteció que habien–
do envejecido Samuél, puso a
sus
hijos por Jueces
1
sobre Israél.
2
Y el nombre de su hijo pri–
mogénito fué J oél :
y
el nom–
bre del segundo Abia ,
los
qua–
les eran Jueces en Bersabee
2 •
3 Y no siguieron sus hijos los
caminos de su padre
3 ;
sino que se
desviaron arrastr-ados de la avari–
cia,
y
tomaron regalos,
y
pervir–
tieron los juicios.
religion
y
en santo temor de Dios ;
y
es•
to no obstante vemos que los hijos dege–
neran de la virtud y santidad de su padre
y abuela. El buen exemplo y la eauca–
cion son siempre necesarios de parte de
los padres
~de
las madres ; pero vemos
tambien que su atencion en esta parte no
siempre es seguida de un feliz suceso.
Todo lo qua! nos advierte , que sin un
socorro de la gracia del Señor no bastan
todos los cuidados·de los hombres,
y
que
los padres mas santos son incapaces de
comunicar la santidad a sus hijos.