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LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
bonum, sed semper malum?
_rg
llle vero
addens
, ait:
Propterea audi sermonem Domi–
ni : Vidi Dominum sedentem su–
p,er solium suum , et
omnem
exercitum Caeli assistentem ei
a dextris et a sinistris:
20
Et ait Dominus : ¿Quis
decipiet Achab Regem
Israel,
ut asce"{J.dat et cadat in Ramoth
Galaad ?
_',t dixit unus verba
huiusce
1 ,
et alius aliter.
21
gressus est autem spiri·
tus , et stetit coram Domino,
et ait: Ego decipiam illum. Cui
locutus est Dominus : ¿In quo?
• 22
Et ille ait: Egrediar , et
ero spiritus mendax in ore om–
nium prophetarum eius. Et di–
xit Dominus: Decipies, et prae–
valebis : egredere , et fac ita.
23
Nun
ig'tur ecce dedit
Dominus
~iritum
mendacii in
ore omnium prophetarum tuo–
rum qui hic sunt , et Dominus
1
Rodeado de todo el exérciro de
sus
Angeles
y
Ministros , prontos a executar
todas sus órdenes. Dios muestra al Pro–
pheta baxo de imágenes sensibles
y
es–
ponrosas la sentencia que su justicia ha–
bia pronunciado contra Acáb ,
y
los me–
d ios qne empleaba para l_a execucion de
este decreto.
• Toda esta vision fu é imaginaria,
y
en sola la phantasia del Propheta , aco–
modada a la capacidad de los hombres ,
y
a
lo que se hace quando se trata o delibe–
ra sobre un negocio de alguna emidad.
El
Señor se vale del ministerio de los espíri–
tus de las tinieblas, permitiendo que tien–
ten a los hombres ,
y
les armen lazos , de
que se libran los escogidos por su gracia,
y
baxo la custodia
y
conduél-a de los An–
geles buenos :
y
en que caen los réprobos
}lOr fJlta de vigilancia
y
de oracion ; por–
que hau merecicjp por sus pecados que el
buena , sino siempre mala?
rg Mas él añadió , y dixo:
Por tanto oye la palabra del Se–
ñor: Ví al .Señor ' sentado sobre
su throno ,
y:
a toda la Corte del
Cielo ·· que le rodeaba a la dere–
cha y a la siniestra:
20
Y dixo el Señor : ¿Quién
engañará
3
a Acáb Rey de Israél,
para que suba contra Ramóth de
Galaad, y perezca? Y dixo uno
una cosa , y otro otra. .
21
Mas salió un espíritu
4,
y
se puso delante del Señor, y di–
xo: Yo le engañaré. Y el Señor le
dixo: ¿En qué manera?
22
.Y
él respondió: Saldré,
y
seré un espíritu de mentira en la
boca de todos sus prophetas. Y di–
xo el Señor: Le engañarás, y pre–
valecerás : ve ,
y
hazlo así
s.
23 Ahora pues mira que el Se–
ñor ha puesto un espíritu de men–
~ira
en la boca de todos tus pro–
phetas que están aquí, y el Señor
Señor los aband
e ,
y
dexe en manos de
su consejo. Dios que es la misma verdad,
no puede engañar a ninguno ; pero po–
niendo una
just~
proporcion entre la pe–
na
y
el delito,
si
alguno por hahcr des–
preciado
.Ja
verdad se ha hecho digno de
ser seducido por
1.1
mentira , permite en–
tónccs al espíritu de error que exerza so–
bre él un ministerio de seduccion.
Y
esto
es puntualmente lo que experimentó Acáb
en pena de no haber consultado al Señor,
que es la misma verdad ,
y
de haber acu–
dido al padre de la mentira , que le enga–
ñó por boca de sus prophetas. Véase S.
· Ao usTIN
Q11aest.
xuy. in
ludie.
3
MS. A.
Enartará.
4
Malo o de error. Véase JoB
r.
s
Esto no se ha de enrender de ral ma–
nera que se crea fuese órdcn o mandato,
si'llo permision que dió el Señor al padre
de
la
mentira. Tn!loDoR.
Quaest. LXVI II.