CAPITULO XX.
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Et respondens Rex Is–
rael , ait : D icite ei :
N
e glo–
rietur accinél:us aeque ut dis–
cinél:us.
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Faél:um est autem cum
audisset Benadad verbum istud,
bibebat ipse et Reges in umbra–
culis , et ait servís suis : Cir–
cumdate Civitatem. Et circum–
dederunt eam.
1
3
Et ecce Propheta unus
accedens ad Achab Regem Is–
rael, ait ei : Haec dicit Domi–
nus: ¿Certe vidisti omnem mul–
titudinem hanc nimiam ? ecce
ego tradam eam
in manu tua
hodie : ut scias quía ego sum
Dominus.
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Et ait Achab: ¿Per quem?
Di xitque ei: Haec dicit Domi–
nus : Per pedissequos Principum
Provinciarum. Et ait: ¿Quis i,n
-ci piet praeliari ? Et i1le
dlx~t:
Tu.
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Recensuit
ergo
pueros
Principum
Provincia~:um ,
et re–
perit numerum ducentorum tri–
ginta duqrum : et
censuit post
eos Populum , omnes filias Is–
rael ' septem millia:
r6 Et egressi sunt meridie.
Benadad autem bibebat temulen–
tus in umbraculo suo , et Reges
jurar por sus dioses , que si mandaba a sus
soldados que cada uno tomase un puñado
de tierra de las ruinas de esta Ciud ad, se–
ria enteramente arrasada , y no habria bas–
tante tierra , para que repu tida entre to–
dos quedase a cada uno un puñado.
'
Que si Benadád está ahoh ciñendo
las armas para salir a campaña , y entrar
en la batalla ; que- no se vanagloríc y can–
te la viél:oria , como si las estuviera
ya
de–
xando despues de haberla alcanzado.
• D ios por este medio quiso castigar
T om.III .
11
Y el Rey de Israé l dixo
en respuesta : Decidle : Nadie se
gloríe quando se
arma , sino
quando se desarma •.
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Acaeció pues que quando
Benadád recibió esta respues ta,
estaba beb iendo con los Reyes
en sus pabellones ,
y
dixo a sus
siervos : Cercad la Ciudad.
Y
cercáronla.
\ •
13
Y he aquí q '
acercán–
dose un Propheta a '
áb Rey
de Israél , le dixo : Esto dice
el Señor : ¿ Has visto toda esta
multiLud innumerable? pues mi·
ra que yo hoy la pondré en tu
mano : para que sepas que yo
soy el Señor.
14
Yaixo Acáb: ¿Por quién?
Y respondióle : Esto dice el Se–
ñor: Por los mozos de
a
pie de los
-.t>ríncipes de las Provincias
2 •
Y
dixo : ¿Quién empezará a pe–
lear? Y él respondió:
.Tú .
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Pasó pues rev ista de los
criados de los Pdncipes de las
Provincias, y halló que eran dos–
cientos y treinta
y
dos: y despue,s
de estos contó el Pueblo , todos los
hijos de Israél,
y
halló siete mil3:
16 Y salieron al mediodía.
Mas Benadád embriagado ya, es–
taba bebiendo en su tienda , y con
el orgullo del R ey de Syria , que se va–
nagloriaba del número de sus
trop.1~
, de
sus c.trros de guerra , de su caballena ,
y
de las fu erzas reunidas de trciiHa
y
dos
R ey es ; y al mismo tiempo quiró
t~do
pretexto a Acáb de que puJiera arribmrse
por ningun camino el honor de la
v1él:o–
ria , obligándole a reconocer
y
confes,n·
que era la virrud del br.tzo omnipotente
Ja que se la daba .
3
D e los pocos útiles que habian
que–
dado en Samaria para tomar las armas,
Ggg
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