LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
misit nos ad te: Argentum tuum
et aurum tuum, et uxores tuas
et filies tuos dabis mihi.
6 Cras igitur hac eadem ho–
ra mittaqJ
servas
meos ad te, et
scrutabuntur domum tuam et do–
mum servorum' et omne quod
~is
placuerlt , ponent in maní–
bus suls , et auferent.
7 Voca •t autem Rex Israel
omnes sen·
,~~es
terrae , et ait:
Anlmadv. ;:o -lte , et videte, quo–
niam
insidietur nobis : mlsit
enim ad me pro uxoribus meis
et filiis, et pro argento et auro:
et non abnui.
8
l!>ixeruntque omnes maio–
res natu et universus Populus'
ad eum: Non audias, neque ac–
quiescas illi.
9 Respondit itaque nunciis
Benadad : Dicite domino meo
Regí: O
n~a
propter quae mi–
sisti ad me servum tuum in iní–
tio faciam : hanc autem rem
facere
90
possum.
10
Reversique
nuncii
retu–
lerunt ei. Qui remisit , et ait:
Haec faciant mihi dii , et haec
addant, si suffecerit pulvis Sa–
mariae
pugillis omnis Populi
qui sequitur me.
1
Se lo llevarán consigo.
s Acáb en esta ocasion se manifiesta
un Rey justo ,
y
lleno de amor por sus
vasallos. Sitiado en su Capital por un exér–
cito
numeroso , desproveído de todo so–
corro, y no viendo otros medios de res–
catar su Ciudad y su Reyno de las des–
gracias que le amenazan ; se somete a las
condiciones que le propone el enemigo
por duras que parezcan , sacrificando al
bien público sus rhesoros , sus mugeres
y
sus hijos. Pero quando el enemigo exige
de él que le abandone tambieu los bienes
Benadád , que nos vuelve a en–
viar a
tí :
Dármehas tu plata
y
tu oro,
y
tus mugeres·y tus hijos.
6 Mañana pues a esta misma
hora enviaré a
tí
mis siervos , y
reconocerán tu casa y la casa de
tus siervos ; y ellos tomarán con
sus
manos todo aquello que les
gustare ' , y se lo traerán.
7 Entónces el Rey de Israéf
convocó a todos los Ancianos
d~
país
,
y dixo: Considerad , y
ved,
que nos está armando algun la–
zo ; porque ha enviado a pedirme
mis mugeres e hijos , y la plata
y
el oro : y no le dixe de no.
8 Y respondiéronle todos
los
Ancianos y todo el Pueblo: No
le oigas , ni condesciendas con
él.
9
Y así respondió a los men–
sageros de Benadád : Decid al
Rey mi señor : Haré todas las
cosas que me mandaste decir a
mí tu siervo al principio ; mas
esta cosa no la puedo hacer
z.
10
Y los enviados le llevaron
esta respuesta. Él los despachó de
nuevo,
ydixo~stohagan
conmigo
y
aun añadan los dioses, si el polvo
de Samaria bastare para llenar los
puños del Pueblo que me sigue
3,
de sus vasallo.s; Acáb que sabe que no es
él propietario de estos bienes , no quiere
concluir nada sin haberles ánres consulta–
do. Ellos no dan su consentimjento;
y
A–
cáb declara a Benadád , que está proiuo a
execurar lo primero que prometió , que
es lo suyo ; pero que no puede hacer lo
que de nuevo se le ex!ge.
3
Benadid vano , orgulloso e insolen–
te, para dar a entender a Acáb con quan–
ta facilidad. podi.1 destruir a Samaria co11
un exército tan numeroso como el suyo,
usó de una exagcracion tan osada , comG