CAPITULO
XVIII.
19 Verumtamen nunc mitte,
et congrega ad me uni\?ersum
Israel in monte Carmeli, et pro–
phetas Baal quadringentos quin–
quaginta, prophetasque lucorum
quadringentos , qui comedunt
de mensa Iezabel.
20
Misit Achab ad omnes
filios Israel, et congregavit pro–
phetas in monte Carmeli.
21
Accedens autem Elias ad
omnem Populum , ait :
¿
Us–
quequo claudicatis in duas par–
tes
?
si Dominus est Deus , se–
quimini eum : si autem Baal, se–
quimini illum. Et non respon–
dit ei Populus verbum.
22
Et ait rursus Elias ad
Populum : Ego
remansi
:Pro–
pheta Domini solus : prophetae
autem Baal quadringenti et quin–
quaginta viri sunt.
23 Dentur nobis duo
boves~
et illi eligant
sib~
bovem un m,
et. in frusta cqedentes ponant
1
Consagrados a los fdolos.
2
A
los quales
Je~abél
mantiene en
su Corte , atendiendo
su subsistencia.
3
MS.
7·
E iobre aquestos dos zmz–
cos.
El Hcbréo:
¿H asta quándo estais
claudicando mtre dos pensamientos?
Es–
to es , entre dos opiniones difer.entes , di–
ciendo los unos : El Señor es .el Dios ;
y
los otros : No , sino Baal. Los Israelitas
no renunciaban formalmente a la Ley de
Moysés , ni al Dios de sus padres ; pero
tampoco desechaban
el
culto de Baal,
:tutorizado con el exemplo del Rey. Mas
:Elías no podia sufrir la mezcla de dos co–
sas incompatibles;
y
así les decia : No
puede haber mas que un Dios, y solo este
Dios debe ser adorado : elegid quál de
los dos quereis seguir ,
y
renunciad al
otro. Si por algun camino seguro se pue–
de demostrar que Baal es dios , seguidle;
pero si no , como en la realidad no se
puede , ¿por qué no seguís
y
adorais a
19 Mas no obstante envia aho–
ra a congregar todo .Israél en el
monte del Carmelo,
y
los quatro–
cientos y cincuenta prophetas de
Baal, y los quatrocientos prophe–
tas de los bosques', que comen de
la mesa de Jezabél
2 •
20
Envió Acáb a llamar a to–
dos los hijos de Israél, y juntó los
prophetas en el monte del Carmelo.
21
Y acercándos Elias a to-
do el Pueblo , di
:
¿
Hasta
quándo coxeais
3
po
mbos la-
dos
?
si el Señor es Dios , se–
guidle : y si Baal , seguidle. Y
no le respondió
el Pueblo ni ,
una sola palabra
4 •
22
Y dixo de nuevo Elías al
Pueblo: Yo solo he quedadq Pro–
pheta del Señor
s
:
mas los pro–
phetas de :Baa1 son quatrocientos
y
cincuenta hombres.
23 Dénsenos dos bueyes,
y
ellos escojan un buey,
y
divi–
diéndolo en trozos pónganlo so- .
Jehováh
,
a qoieo adoraron vuestros pa–
dres , Moysés
y
los Prophetas? Esta mis–
ma regla propuso despues Jesu Christo.
MATTH.
VJ. 24.
Dios
a
quien todo
el
hombre perteneae , exige de él que se le
entregue todo entero ; no puede sufrir
que se divida entre él
y
la criatura ; no
pueden unirse en un mismo lugar Dios
y
Baal , Jcsu Christo y Belii l.
.Es cosa va–
na pretender dar al Señor las
acciones
exteriores de la religion ,
y
el corazon al
mundo. Se declara enemigo de Dios
el
que ama otra cosa que a él , o que no la
ama por él.
THBODOR.
Quaest.
LVII.
4
O llenos de confusioo a la visra de
su inconstancia y rebeliones contra Dios,
o porque no tenia respuesta la proposi–
cion de Elías.
s Que tengo valor
y
aliento para pre–
sentarme,
y
comparecer en público ; por–
que los otros o han sido
ya
muertos , q
han puesto en salvo su vida con la fuga ••.