CAPITULO VI.
sa aurea quae exolvistis el pro
delléto , ponetis in capsellam ad
latus eius : et dlmittite eam ut
vadat.
9
Et aspicietis : et si qui–
dem per vlam finium suorum
ascenderit contra :Seth sa mes,
ipse fecit nobis hoc malum
grande : sin autem , minime;
sciemus quía nequaquam
roa–
mis eius tetiglt nos , sed casu
accidít.
10
Fecerunt ergo
illi hoc
modo: et tollentes duas vaccas
quae laétabant vítulos , iunxerunt
ad plaustrum , vitulosque ea;:-um
concluserunt domi.
1 1
Et posuerunt .Arcam Dei
super plaustrum , et capsellam,
quae habebat mures aureos et
similitudines anorum.
12
Ibant autem i
d'r<tétum
vaccae
per viam quae
duoit
Bethsames , et itinere uno gra–
diebantur , ·p
ergentes et mugien–
tes : et non
declinaba.ntneque
ad dexteram
neque ad:' sinistram :
sed et Satrapae Philisthiim se–
quebantur
usqu~
ad
terminos
Bethsames.
13 Porro Bethsamitae mete–
bant triticum in valle : et ele–
vantes oculos suos viderunt Ar–
cam, et gavisi sunt cum vidissent:
14 Et plaustrum venit
in
agrum losue Bethsamitae , et
stetit ibi. Erat autem ibi lapis
magnus , et conciderunt ligna
1
Ciudad de la Tribu de Judá , que
hahia sido dada a los Sacerdotes.
•
Sus bramidos daban bien a entender
· que su incliuacion natural las ll amaba há–
cia sus ternerillos que les habian sido se–
parados; pero una maoo invisible mas
,.
y
colocareis al lado ·de ella en
una caxita las figuras de oro qué
le ofrecisteis por el pecado ·;
y
la dexarels ir.
·
9 Y
estareis en
observacion:
y
si subiere por el
caml.node
sus términos hácia
Bethsames
r,
él mismo es el que nos ha hecho
este grande mal : pero si no
su~
biere de modo alguno ; sabremos
qu~
es
s~
la que nos ha
herido, sino que ha sido por acaso.
10
Ellos pues lo hicieron de
este modo :
y
tomando dos vacas
que daban leche a sus terneros,
las uncieron a un carro ,
y
encei–
raron los terneros en el establo.
I 1
Y pusieron sobre el carro
el Arca de Dios,
y
la caxita don–
de iban los ratones de oro
y
las
figuras de los anos.
·
12
Y ias vacas iban dere–
ohamenfe por la carrera que va
a Bethsames
1
y
seguían el mi s–
mo camino sin pararse
y
bra–
qlando ·
y
no se desviaban • ni a
la derecha ni a la siniestra :
j
los Prípcipes de los Philisthéos
fueron slgyiendo hasta los tér:..
minos de Bethsames
3 •
13 Y los Bethsamitas estaban
segando trigo en un. valle ;
.y
al–
zando sus ojos vieron el Arca ,
y
alegráronse luego que la viecon. ,
14 Y el carro llegó al campo
de
J
osué Bethsamita , y paróse
allí. Y había en él una grande pie–
dra , e hicieron pedazos la made;-
fuerte que la misma naturaleza b s condu;–
cia hácia la tierra de los l srae!JtJS ,
y
al
lugar donde debian ser sacrificadas.
3
Para llegar a ver el fin de este su–
ceso tan extraordinario ,
y
dexar el Ar–
ca en e l territorio de los I sraelitas.