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LIBRO PRIMERO DE LOS REYES.

in secretiori parte natium Azo–

tum et fines eius. Et ebullierunt

villae et agri in medio regionis

illius , et nati sunt mures, et fa–

él:a est confusio mortis magnae

in Civitate.

7 Videntes autem viri Azo–

tii nuiuscemodi plagam ' dixe–

runt : Non maneat Arca Dei Is–

rael apud nos : quoniam dura est

manus eius

su~os,

ec;.,r¡uper

D agon deum nostrum.

8 Et mittentes congregave–

runt omnes Satrapas Philisthino–

rum ad se , et dixerunt : ¿Quid

faciemus de Arca Dei Israel?

Responderuntque Gethaei : Cir–

cumducatur Arca Dei Israel. Et

circumduxerunt Arcam Dei Is–

rael.

9

Illis autem circumducenti–

bus eam ,fie at 1anQs Domini per

singulas 'Ci it es

intetfeél:ionis

magnae nlmi :

t

pert:utiebat viras

uniuscuius ue Urbis , a parvo us–

que ad maiorem, etcompQ.tresce–

bant

tominente e tales eorum.

ln1eruntque Gethaei cousilium, et

fecerunt sibi sedes pelliceas.

10

Miserunt ergo Arcam Dei

in Accaron. Cumque venisset Ar–

ca Dei in Accaron, exclamave-

1

Este lugar se explica de diversas

suertes de enfermedades , especialmente

hemorroidas, ólceras , dysen tcrins. Lo res·

tante de este verso no se halla ni eu el Hé·

bréo ni en los

L XX.

• MS.

R6du<

'.

Y si los males le van

siguiendo por

tod.ts

partes , es sin duda el

D ios de los H

ebréos

el que nos los envia;

pero sino se extienden a los otros

lugar~s,

conoceremos evidentemente que el mal

no se debe atribuir a su preseu in, sino

que procede de otras causas naturales. Y

en uno

y

otro lance veremos con la debi-

to y sus confines un achaque en lo

interior de las partes posteriores'·

Y hervían la1> Aldeas y campoS" en

medio del país por los ratones que

aparecieron , y la Ciudad fué cons–

ternada por la grande mortandad.

7 Quando vieron los hombres

de Azoto esta plaga , dixeron: No

quede con nosotros el Arca del

Dios de Israél ; porque su mano

es pesada sobre nosotros , y sobre

Dagón dios nuestro.

8 Y avisando congregaron allí

a todos los Príncipes de los Phi–

listhéos , y dixeron : ¿Qué ha–

remos del Arca del Dios de Is–

raél? Y responc,tieron los de Geth:

Llévese

2

por el contorno el Ar–

ca del Dios de lsraél. Y ll eva–

ron el Arca del Dios de l sraél.

9 Y quando ellos así la lle–

vaban , la mano del Señor ha–

cia una mortandad muy grande

en cada Ciudad : y heria a los

varones de cada Ciudad desde el

menor hasta el mayor, y se les

salian

y

pudrían

3

los intestinos.

Y los de Geth

4

tomaron consejo,

y

se hicieron

a~1entos

de pieles

s.

xo

Enviaron pues el Arca de

Dios a Acarón

6 •

Y quando llegó

el Arca de Dios a Acarón , co-

da madurez

el

partido que se ha de tomar.

• 3

Es la ¡nisma enfermedad que se di–

ce en el v. 6.

4

A donde había sido

llevad~

el Arca.

El fin de este verskulo no se halla hoy

en el Hcbréo ; pero acaso se hallaba en

tiempo de

los

LXX .

y

de S. Geróny mo.

s

Para poderse sentar con menor in–

comodidad,

y

con algun alivio de la par–

te mlmificad.t.

0

Una de las principales Ciudades de

los

Philisthéos en la ribera del Med iterrá–

neo entre los Pueblo¡ de 4zoto

y

J

emnia.