CAP 1T U L O 1V.
ste, et conspersus pulvere ca–
put.
13 Cumque ille venisset, He–
li
sedebat super sellam contra
viam speétans. Erat enim cor
eius pavens pro Arca Dei. Vlr
autem
ille postquam ingressus
est nunciavit
U
rbi : et ululavit
omnis Civitas.
14
Et audivit Heli sonitum
clámoris, dixitque: ¿ Quis est hic
sonitus tumultus huius? At ille
festinavit , et venit , et nuncia–
vit Heli.
15
Heli autem erat nonagin–
ta et oéto annorum , et oculi
eius caligaverant, et videre non
poterat.
•
16
Et dixit ad Heli : E–
go sum qui veni de praelio, et
ego qui de acie fugi hodie. Cuí
ille, ait : ¿Quid
a~um
es
,
n
mi?
17 R es pondens autem
ilÍequi nunciabat : Fugi
·n
l.Üt,Israel coram Philisth tim , et rui–
na magna faéta est in Populo:
insuper et duo
filii
tui mortui
sunt Ophni et
~inees:
et Arca
Dei capta est.
18 Cumque ille nominasset
Arcam Dei , cecidit de sella re–
trorsum iuxta ostium , et fraétis
cervicibus mortuus
est. Senex
enim erat vir et grandaevus: et
•
MS.
A. E poluorienta la cabeza.
Con Jo .que manifestaba su extremo dolor,
y
lo
inf~usto
de la nueva que traía.
• MS.
3. El albriciador.
3
T odo l'o que se nos cuenta de
Hcli
en este C apítulo, manifiesta su gran vir-
. t ud y religion :
y
parece cosa lastimosa,
que mn grandes qualidades se obscurecie–
sen con la excesiva
y
culpable indulgen–
cia que t uvo con sus hijos. Sabiendo que
Tom. Ill.
cpn los vestidos rasgados ,
y
con
la cabeza cubierta de polvo'.
13 .
Y al llegar él, estaba H elí
sentado en una silla mirando hácia
el camino.
P~es
su c01·azon estaba
sobresaltado por el Arca del Seño r,
Este hombre luego que entró dió
la nueva por la Ciudad ;
y
toda la
Ciudad comenzó a dar alaridos.
14
Y quando oyó Helf el
rui~
do d5olos
clam~,
dixo: Qué rui–
do de alboroto es este? Y el hom–
bre llegó apresurado,
y
dió la no–
ticia a Helí.
15
Helí tenia entónces no–
venta
y
ocho años , y sus ojos se
habían ya obscurecido , y no po·
dia ver.
16
Y dixo a Helí: Yo soy el
que vengo de la batalla, y
el
que
he escapado hoy del combate. He–
H
le dixo: ¿Qué es-lo que ha ha–
bido Jüjo mio?
17 Y respond"ó el s¡ue traía la
nueva, diciendo
2
:
Huyó Israél de–
lante de los Phili-S théos, y se hi–
zo un grande destrozo en el Pue–
blo; y tambien han perecido tus
dos hijos Ophni y Phinees: y el
Arca de Dios ha sido cautivada
3,
t8 Y luego que él oyó el A rca
de D ios, cayó de espaldas de la si–
lla cerca de la puerta, y quebran–
tándose la cabeza espiró. Pues era
hombre anciano
y
de edad decré-
el Arca de Dios estaba en el campo, mues·
tra ,un continuo desasosiego y temor por
el Arca. Llegan las primeras noticias del
cxército ! oye la derrota del Pueblo ,
y
la
muerte de sus dos hijos , sin dar mueHras
de dolor extraordinario. Pero a
b
prim era
palabra que se le dice de que el ArLa hl–
bia sido hecha prisionera, le f.tltan
IJS
fuer·
zas , le ocupa el dolor, cae de su silla,
y
sucede la muerte a esta caida.
D