CAP ITU
~Q
IV.
23
tra Israél.Y habiendodado e\ com·
bate , Israél volvió las espaldas a
los Philisthéos , y murieron en a–
quel encuentro dispersos por los
campos
como~
uatro mil hombres.
tra
Isra~I.
Inito autem certami–
ne , terga vertit Israel Phili–
st)laeis , et caesa sunt in illo cer–
tamine passim per agros , quasi
quatuor m¡llia virorum.
3 Et reversus est Populus ad
castra: dixeruntque maiores na–
tu de Israel : ¿ Quare percussit
nos Dominus hodie coram Phi–
listhiim ? Afferamus ad nos de
Silo Arcam foederis Domini , et
veriiat in medium nostri , ut sal–
vet nos de manu
inimicorum
nostrorum.
4 Misit ergo Populus in
Silo , et
tulerun~
inde Arcam
foederis Domini exercituum
sedentis
super Cherubim : e–
rantque duo filii Heli cum Ar–
ca foederis Dei , Ophni et Phi-
nees.
5 Cumque venisse Arca foe–
deris Dornini in castra , vooi e–
ratus est omnis Israe
olamore
ro de muertos era de os
sraelitas que
perdieron la accion.
'
Por poco que reflexionaran los He–
bréos no hubieran tfnido que hacer esta
pregunta , sino que desde Juego hubieran
conocido que la causa de esta derrota
y
castigo estaba en sus mismos pecados ,
y
principalmente en las abominaciones
y
sa–
crilegios de los hijos de Heij , Ophni
y
Phinees.
2
Conociendo que su derrota venia
de la mano de Dios, debían concluir que
estaba enojado con ellos por sus pecados,
y
exhortándose unos a otros a la peniten–
cia , procurar apaciguarle con buenas o–
bras ,
y
con mudar de costumbres
y
de
vida. Pero sin atender a esto que debía ser
lo primero ,
hac~-.llevar
al campo el Ar–
ca de la alianza, hsonjeándose que tenién–
dola en medio de ellos asegurarían por
este medio su proteccion ,
y
renovaria a
favor suyo Jos prodigios que babia hecho
otras veces por sus padres. Pero se enga-
•
3 Y volvióse
el
Pueblo a Jos
Reales; y dixeron los Ancianos
de
Israél : ¿Por qué el Señor nos ha
derrotado • hoy delante de los Phi–
listhéos? Traigamos a nosotros qe
Silo el Arca. de la alianza del Se–
ñor, y venga_...e. medio de noso–
tros, para que nos salve de lama–
no de nuestros enemigos
2 ,
4 Envió pues el Pueblo a Si–
lo , y traxeron de allí el Arca de
la alianza del Señor de los exérci–
tos sentado sobre Querubines : y
los dos hijosde Helí, Ophni y Phi–
nees , estaban
3
con el Arca de la
alianza del Señor.
5 Y
luego
que. llegó
al
campo el Arca del Señor, dió
muy grandes voces
todo
Is-
ñaron miserablemente , porque cayeron
en un estado péor sin comparacion que el
que ántes tenían. ¡Qué leccion esta para
los pecadores , si pretenden aplacar a
Dios por otros medios que por fi·uros dig–
nos de penitencia!
3
¿
Quánras acciones muy libres en sí
mismas concurrieron a la produccion del
efeél:o que Dios tenia previsto y ordena–
do? La flexibilidad del libre alvedrio nada
perjudica a la infalible certeza de
la
pres–
ciencia de Dios : ni la inmutabilidad de
los divinos decretos disminuye en mane–
ra alguna las facultades del libre alvedrio.
Dios en sus consejos eternos había decre–
tado que Ophni y Phinees fuesen muer–
tos por manos de Jos incircuncisos en pre–
sencia de aquella sacrosanta Arca que ellos
mismos habían deshonrado , y
tambicn
a la vista de
todo el Pueblo a quien
tenían escandalizado. Y
todo
lo que
aquí se refiere concurre muy libremente
para que se cumpla el designio del Señor.