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LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
cens: Haec dicit Dominus: Quía
non obediens fui sti ori Domini,
et non
custodistL mandatum
quod
pr.aecepit
tibi Dominus
Deus tuus,
22
Et reversus es , et .come–
disti panero , et bibisti
aquam
in loco in quo praecepit tlbi ne
comederes panem, neque biberes
aquam ; nor.
inferetur cadaver
tuum
in
!'epulchrum
patrum
tuorum. /-'
23
Clfmque comedisset et bi–
bisset,
stravi~
asinum suum Pro–
phetae quem reduxerat.
24
Qui curo abiisset , invenit
euro leo ln vía , et occidit , et
erat cadaver eius proleétum in
itinere : asinus· autem stabat iux–
ta illum , et leo stabat iuxta ca–
daver.
25
Et
e~ce
viri transeuntes
viderunt ca aver proieétum in
via , et
leonero stantem
iu¡¡:ta
cadaver. Et -venerunt et divul–
gave~un
Itate
in qua
Prophe e
ille sene
habitabat.
26 Quod curo audisset
Pro~
pheta ille qui reduxerat euro de
1
El Propheta engáñado ;
y
luego
hizo el otro aparejar ...
2
D ando el Señor con esto repetidas
pruebas , de que el fin trágico de aquel
Propheta no habia sido un accidente na–
tural , sino
un
castigo
extraordinario
por su desobediencia. Es opinion de los
Padres que la muerte temporal aceptada
con espíritu de penitencia , sirvió a este
Propheta para que purificase la falta que
habia cometido. Véase S.
AGUSTIN
d~
Cura pro mort. Cap. y
11.
Jeroboam que
añade impiedad a impiedad ,
y
aquel Pro–
pheta que por medio de una manifiesta
mentira engaña a un hombre sencillo ,
y
le hace faltar a las órdenes Je Dios , que–
dan si1o1 castigo ;
y
se castiga con tanta se·
Judá: Esto dice el Señor: Por–
que no has sido obediente a la
palabra del Señor, y no has guar–
dado el mandamiento que te dió
el Señor Dios tu yo,
22
Y té has vuelto,
y
has
comido pan, y bebido agua en
el lugar en que te mandó que
no comieses pan , ni bebieses a–
gua ; no será enterrado tu ca–
dáver en el sepulcro de tus pa–
dres.
23
Y "luego que comió
y
be–
bió
1
,
aparejó su asno para el Pro–
pheta que había hecho volver.
24
Y
habiendo partido este;
encontróle un 1eop en
el
camino,
y
le
mató,
y
su cadáver quedó
tendido en
el
camino: y el asno
estaba parado junto a él,
y
elleon
se detuvo cerca del cadáver
2 •
25 Y he aquí unos hombres
que ,Pasaban vieron el cadáver
tendido en el camino,
y
alleon que
estabajuntoal cadáver.
Y
fueron
y
lo divulgaron en la Ciudad en que'
moraba aquel Propheta anciano.
26
Lo
qu~
oído por aquel
Propheta que'fe había hecho
vol-
ver.i_dad una falta que comunmente se
cr~e
no haber pasado de ligera. El Señor
~or
sus ocultos juicios que nos son incÓmpre–
herisibles, dexa fi·eqüenremente sin cas"ti–
go a los mas grandes pocadores hasta lá
muerte ;
y
castiga con la may or severi–
dad las faltas m,1s ligeras de
sus siervos
y
escogidos. ¿Pero quién valiéndose de los
ojos de la fe , no registra eu esto mismo
los azotes mas terribles de
su
justicia ,
y
los rasgos mas brillantes de su paternal
benignidad
y
misericordia
?
Luego hay
otra vida , en la que unos padecerán la
pena de sus delitos ;
y
los otros purifica–
dos en esta con castigos pasageros , reci–
birán la recompensa eterna de su justicia,
Véase a S.
AGUSTIN
en el lugar citado. :