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1

g8o

LIBRO TERCERO DE LOS REYES.

cens: Haec dicit Dominus: Quía

non obediens fui sti ori Domini,

et non

custodistL mandatum

quod

pr.aecepit

tibi Dominus

Deus tuus,

22

Et reversus es , et .come–

disti panero , et bibisti

aquam

in loco in quo praecepit tlbi ne

comederes panem, neque biberes

aquam ; nor.

inferetur cadaver

tuum

in

!'epulchrum

patrum

tuorum. /-'

23

Clfmque comedisset et bi–

bisset,

stravi~

asinum suum Pro–

phetae quem reduxerat.

24

Qui curo abiisset , invenit

euro leo ln vía , et occidit , et

erat cadaver eius proleétum in

itinere : asinus· autem stabat iux–

ta illum , et leo stabat iuxta ca–

daver.

25

Et

e~ce

viri transeuntes

viderunt ca aver proieétum in

via , et

leonero stantem

iu¡¡:ta

cadaver. Et -venerunt et divul–

gave~un

Itate

in qua

Prophe e

ille sene

habitabat.

26 Quod curo audisset

Pro~

pheta ille qui reduxerat euro de

1

El Propheta engáñado ;

y

luego

hizo el otro aparejar ...

2

D ando el Señor con esto repetidas

pruebas , de que el fin trágico de aquel

Propheta no habia sido un accidente na–

tural , sino

un

castigo

extraordinario

por su desobediencia. Es opinion de los

Padres que la muerte temporal aceptada

con espíritu de penitencia , sirvió a este

Propheta para que purificase la falta que

habia cometido. Véase S.

AGUSTIN

d~

Cura pro mort. Cap. y

11.

Jeroboam que

añade impiedad a impiedad ,

y

aquel Pro–

pheta que por medio de una manifiesta

mentira engaña a un hombre sencillo ,

y

le hace faltar a las órdenes Je Dios , que–

dan si1o1 castigo ;

y

se castiga con tanta se·

Judá: Esto dice el Señor: Por–

que no has sido obediente a la

palabra del Señor, y no has guar–

dado el mandamiento que te dió

el Señor Dios tu yo,

22

Y té has vuelto,

y

has

comido pan, y bebido agua en

el lugar en que te mandó que

no comieses pan , ni bebieses a–

gua ; no será enterrado tu ca–

dáver en el sepulcro de tus pa–

dres.

23

Y "luego que comió

y

be–

bió

1

,

aparejó su asno para el Pro–

pheta que había hecho volver.

24

Y

habiendo partido este;

encontróle un 1eop en

el

camino,

y

le

mató,

y

su cadáver quedó

tendido en

el

camino: y el asno

estaba parado junto a él,

y

elleon

se detuvo cerca del cadáver

2 •

25 Y he aquí unos hombres

que ,Pasaban vieron el cadáver

tendido en el camino,

y

alleon que

estabajuntoal cadáver.

Y

fueron

y

lo divulgaron en la Ciudad en que'

moraba aquel Propheta anciano.

26

Lo

qu~

oído por aquel

Propheta que'fe había hecho

vol-

ver.i_dad una falta que comunmente se

cr~e

no haber pasado de ligera. El Señor

~or

sus ocultos juicios que nos son incÓmpre–

herisibles, dexa fi·eqüenremente sin cas"ti–

go a los mas grandes pocadores hasta lá

muerte ;

y

castiga con la may or severi–

dad las faltas m,1s ligeras de

sus siervos

y

escogidos. ¿Pero quién valiéndose de los

ojos de la fe , no registra eu esto mismo

los azotes mas terribles de

su

justicia ,

y

los rasgos mas brillantes de su paternal

benignidad

y

misericordia

?

Luego hay

otra vida , en la que unos padecerán la

pena de sus delitos ;

y

los otros purifica–

dos en esta con castigos pasageros , reci–

birán la recompensa eterna de su justicia,

Véase a S.

AGUSTIN

en el lugar citado. :