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LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
terram tuam, quam dedisti Po–
pulo tuo in possessionem.
37 Fames si oborta fuerit in
terra, aut pestilentia aut corrup–
tus aer aut aerugo aut locusta
vel rubigo, et affl.ixerit eum ini–
micus eius portas obsidens ; o–
mnis plaga , universa inñrmitas,
38 Cunéta devotatio et im–
precatio quae acciderit omni
homini de ;ropulo tuo Israel: si
quis cogné.\rerit plagam cordis
sui , et Oexpanderit manus suas
.in domo hac;
39 Tu
exaudi~s
in Caelo , in
loco habitationis tuae , et repro–
pitiaberis , et facies ut des uni–
cuique secundum omnes vias
suas, sicut videris cor eius , quía
tu nosti solus cor omnium filio–
rum hominum,
40
Ut
timeant te cunéliis die–
bus quibus vivuqt super faciem
terrae quam dedis i patribus
nostris.
41. Insupe:r et alienígena qui
non est de opulo tuo Israel, cum
venerit de terra longinqua prop–
ter nomen
tuum
,
audietur enim
nomen tuum magnum, et manus
tua fortis , et brachium tuum
42 Extentum ubique , cum
venerit ergo , et oraverit in hoc
loco;
1
La herida profunda y mortal que el
pecado ha hecho en su corazon, privando
~1
alma de la vida sobrenatural de la gracia.
• Por esta razon decide el
Concilio de
Trmto Sess. x rv. Cap. r.
que en todos
tiempos ha sido necesaria la penitencia; y
que ningun pecador ha podido conseguir
la gracia
y
la justicia , sino aborreciendo
el pecado,
y
renun.ciando a él, corrigien–
do jos desarreglos de
SQ
vida pasada ,
y
tierra , que diste a tu Pueblo
p~ra que la heredase.
37 Si viniere hambre a la
tierra, o peste o infeccion de ay-
, re o· tizon o langosta o pulgon,
o angustiare a tu Pueblo su ene–
migo sitiando sus Ciudades ; to–
da plaga, toda enfermedad,
38 Toda plegaria
y
súplica
que hiciere qualquiera de tu Pue–
blo de Israél : si a'lguno sintie–
re la llaga de su corazon
1
,
y
extendiere a tí sus manos en es–
ta casa;
39 Tú le oirás en el Cielo , e!J
el lugar de tu morada, y le perdo–
donarás ,
y
darás en efeél:o a cada
uno segun todos sus caminos, con–
forme vieres su corazon
2
,
pues tú
solo conoces el corazon de todos
los hijos de los hombres,
40 Para que te teman todos
los días que
vi
íeren sobre la haz
de la tierra que diste a nuestros
padres.
4
I
Así
mismo el extrarrgero
que no es de tu Pueblo de Israél,
quando
viniere~na
region dis–
tante por
am~
tu nombre, por-·
que será oído tu grande nombre,
y
tu mano fuerte , y tu brazo
42 Extendido en todas partes;
quando viniere pues,
y
orare en
este lugar
3 ;
detestando con
un
santo e fntimo dolor
las ofensas que baya cometido contra Dios.
• 3
Entre otros atrios estaba tambien el
atrio de los Gentiles, y a él eran admitidos
los extrangeros. Muchos Reyes Gentiles
enviaron muy ricos presentes al Templo
de JerusaleJÍl , como se puede ver en
JosEPHO
Antiqttit.
Lib.
XI.
Cap. u/t.
Lib.
xu.
Cap.
JJ.
Lib.
xvr.
Cap.
VIII.
et
Lib.
vi.
d~
Bello.
Ct~p.
x.
1mm.
6.