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34
2
LIBRO TERCERO DE
LOS
REYES.
locutus es servo tuo David pa–
trl meo.
27
¿ Ergone putandum
est
quod vere Deus habitet super
terram ? si enim Caelum , et
Caeli Caelorum te capere non
possunt , ¿ quanto magis domus
haec quam aedificavi?
28 Sed respice ad orationem
serví tui, et ad preces eius, Do–
mine Deus meús: audi hymnum
et oratione
~~
quam servus tuus
orat
cora~a
te hodie:
29 Ut sint oéuli tui aperti
super domum hanc noél:e ac die:
super domum de qua dixisti:
E–
rit nomen meum ibi •: ut exau–
dias orationem quam orat in
loco isto ad te servus tuus.
30 Ut exaudias deprecatio–
nem serví tui et Popull tui . Is–
rael , quodcumque oravednt in
loco isto : et exaudies
in
loco
habitaculi tui in Cae o , et cum
exaudieris , propi i11s eris.
31
Si
peccaverit horno
in
proximum suum , et habuer,it
aliquod iuramentum quo tenea-
• MS. 8.
E es asmadero.
Si esto es
así, ¿cómo dice en el
v.
IJ.
que le ha–
bían fabricado una casa para que morase
eg ella?
A
esta dificultad satisface el mis–
mo Salomón explicando el sentido , en
que dice que le había edificado una casa
para que morase en ella ; esto es , para
que sus ojos , su providencia , estuviesen
abiertos noche y día sobre aquella casa,
en la que quería que se le orase , se le o–
freciesen sacrificios, a fin de mostrarse allí
presente, concediendo lo que en ella se
le pidiese. Por
Ci~lo
entendían los He–
bréos comunmenre la region del ayre por
donde vuelan las aves , y donde se for–
man las nubes y las lluvias ; y tambien el
a D ;uter.
XII.
JI.
hablaste a tu siervóDavid mi pa–
dre.
27
¿Es pues creíble' que D ios
verdaderamente ha de morar sobre
la tierra? porque sino te pueden
comp~ehender
" el Cielo, ni los
Cielos de los Cielos, ¿quánto rné–
nos esta casa que he edificado?
28 Mas vuelve los ojos, Se–
ñor Dios mio , a la oracion de
tu siervo ,
y
a sus ruegos
3 :
oye
la alabanza
y
la oracion que tu
siervo hace hoy delante de
tí:
29 Que tus ojos estén abiertos
sobre esta casa de noche
y
de dia;
sobre la casa de la que dixiste: A–
llí estará mi nombre
4:
que oigas
la oracion que te hace tu siervo
en este lugar.
30 Que oigas los .ruegos de tu
siervo
y
de tu Pueblo de Israél, en
todo lo
que~
pidieren en este lu–
gar:
y
los oirás en el
lu ~a r
de tu
morada en el Cielo, y des pues de
haberlos oido, les serás propicio.
JI
Si uo hombre pecare con–
tra su próldmo,
y
le fuere pedido ·
algun juramento
s
~on
que que-
inmenso espacio donde el Sol , la Luna
y
Jos astros hacen sus órbitas
y
revoluciones.
Por
Cielos de los Ciclos
entend ian el Em–
pyreo, destinado para asiento del throno
de la gloria de Dios ; quiere decir , el Cie–
lo supremo , el mas alto, el mas rico ... al
modo que dicen el Dios de los Dioses , el
Cantar de los Cantares , el Rey de los
R eyes ... para significar el D ios sobre to–
dos , el Cántico mas excelente , el R ey
que lo es sobre todos los Re
y
es.
• MS.
3.
y 7.
Non te
nb.~stmz.
3
MS. 7·
y
8.
R ogarias.
4
Allí seré adorado por mi Pueblo,
y por esto se IIJmará la Casa de Dios.
5
La Ley en ciertos casos pedía , que