CAPITULO
IV.-
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24
Jpse enim obtinebat om–
nem regionem quae .erat trans
flumen '· a 'thaphsa usque ad
Ga.zam , et cunél:os Reges illa–
rum , regionum : et habebat pa–
cem ex omni parte in circuitu.
25 Habitaba tque luda et Is–
rael absque timore ullo , unos–
quisque sub vite sua et sub
ti–
cu sua , a Dan usque Bersabee,
cunél:is diebus Salomonis.
26
~t
• habebat Salomen qua–
draginta millia praesepia equo–
rum currilium, et duodecim mil–
lía equestrium.
27 N utriebantque eos supra–
diéU Regís praefeél:i: sed et
n~- ·
cessaria mensae Regís Salomo–
nis cum ingenti cura praebebant
in tempore suo.
28 HordeClm quoque et pa·
leas equorum et
iumentoru1~
de–
ferebant in locum ubi erat Rcx,
iuxta consti.totum sib' .
29 Dedit quoque Deus sa–
pientiam Salomoni et
ruden–
tiam rnultam nimi , et latitudi–
nem cordis, quasi arenatn quae
est in littore
mari~
1
Y así parece que Thaphsa estaba si–
tuada en la otra parte del Euphrates há–
cia el orieote. Otros interpretan la pre–
posicion
trans
por
cis
,
como se usa en
muchas partes de la Escritura ; y este pa–
rece ser el sentido del presente lugar,
como se lee expresamente en
el
JI,
dt:
los P aralip.
IX.
26.
2
Que eran Jos términos del Reyno
de Israél de septentrion a mediodía.
3
MS.3 .
Establías.
Oquarenta mil ca·
ballos en sus caballerizas, las que eo el Heb.
11.
Par.J x .z5.
sedice que eran quatro mil,
y
por consiguiente habia diez en cada una.
4
Los Intérpretes condenan
COfllUQ-
a
11.
Paralip.
IX.
25.
Toro. III.
/
24 Porque él era señor de to–
do el territorio que había qe la
otra parte del rio,desde1'haphsa
L
hasta Gaza, y de todos los Reyes de
aquellas regiones :
y
tenia paz por
todas partes con sus comarcanos.
2
5 Y habitaba
J
udá e lsraél .
sin ningun temor, cada uno a la
sombra de su vid y de su higuera,
desde Dan hasta Bersabee
z,
en
todos los dí as de Sale.p1ón.
26 Y tenia SalomÓJ1dluarenta
mil pesebres
3
de caballos para
carros , y doce mil caballos de
montar
4 •
27
Y
los Oficiales del Rey ya
nombr-ados los méfntenian ; y su–
ministraban tambien con gran
cuidado a su tiempo lo necesario
para la mesa del Rey Salomón.
28
,Asimismo ll((vaban al sitio
donde estaba el Rey cebada y pa–
ja paralos cabal).os
y
bestias de car–
ga, segun la órden que ellos tenían.
29 Dió tambien Dios a Salo–
món una sabiduría y prudencia
muy gra.nde sobre manera , y an–
chura de corazon , como la arena
que está en la playa de la mar
s.
mente este excesivo número de caballos,
o;:omo contrario a Jo que Dios expresa–
.mente tenia maodado en su Ley ,
Deu–
'tft'Oil. XVN.
16.
con lo que Salomón dió
tambicn ocasion a su Pueblo a que man–
tu~€se
un comercio dcmasiadamente
f.1-
miliar con los de Egypto, que era a don–
de iban a comprar los caballos, y de que
al fin él se pervirtiese con los malos exem–
plos y abominaciones que allí veía.
s
Tan grande capaciJad de entendi–
miento, y tanta extension de conocimien·
tos
y
noticias que no se podian reducir
a número; así como tampoco pueden con–
tarse de modo algun101 las arenas de
la mar.
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