CAPITULO
XXIV.
289
.25 Et aedificavit Altare Do–
mmo , et obtulit holocausta et
pacifica : et propitiatus est Do–
minus terrae, et cohibi'ta est pla–
ga ab Israel.
.
,
r
r,
cientos sidos de oro,
r. Paralip.
XXI.
2
5. donde se dice tambien que comenzó
a prepar.1r materiales para la suntuosa fa–
brica del Templo. Este lugar fué el que
destinó el Señor para establecer en él su
culto ,
y
para que allí se edificase la única
casa de oracion
y
sacrificio , a donde de
todas partes había de acudir su Pueblo
a
tributar homenage
a
'su santo nombre.
Todo esto era una excelente imágen de
la singul<1r gracia que Dios preparaba pa–
ra los Gentiles con preferencia a los
J
u–
díos. En medio de aquellos colocó el
asiento de la verd.tdera religion : edificó
el
solo Templo en que quiere ser adora–
do , esto
es,
su Iglesia : erigió el solo
Tom. III.
25 Yedific6allíDavidunAl–
tar • al Señor,
y
ofreció holocaus–
tos
y
sacrificios de paz:
y
el Señor
se aplacó con la tierra,
y
cesó la
peste que asolaba a Israél.
Q
Altar en que
se
le ofrece una hostia dig–
na de él;
y
los preparó para recibir un tan
grande honor , poniendo en su com2on
sentimientos de fe , de humildad , de ,su–
mision
y
de amor hácia Jesu Christo.
De todo lo qua! el Espíritu Santo nos
muestra una excelente
im~gen
en la hu–
milde generosidad que usó Areuna con
David.
•
Quando algunos hombres señalados
por su virtud , como Samuél
y
algunos
otros , erigieron Altares particulares , lo
qual estaha prohibido por la
ley ,
se
pa
de entender que lo hicieron por una ór–
den particular del Señor . que
tuvieron
para ello , dispensándoles de esta Ley.
· Oo