C A P I T U LO
XX
li
I.
!39 U rlas Hethaeus. Omnes
triginta septem,
1
:Marido de Bcthsaoee,
Ademas de los dos ternarios que
quedJn rert:ridos , se cuentan aquí hasta
t rei nta , que en rodos componen treinta
y
~eis.
Y
si se junta
a
estos Joi b como
Gc-
39
Urías
de Heth
r,
En
to~
dos treinta
y
siete
2 ,
neral , aunqtle
~olo
se le nombra de paso¡
se llenará el número de los treinta y siete
que aquí se
refieren.
En
los
Parali–
pómenos
se añ.tden otros
tliez y
seis
por las razones que dexamos
,yn
dichas,
CAJFITUtO
XXIV.
-'
David da a
Jbáb
General de sus tropas la comision áe contar él Pue–
blo. Enojado el Señor po1· esto, le da a escoger uno de!
tres castigos
por medio del Propheta Gad.
David
escoge la peste por espacio
de
tres dias
;
mueren de ella setenta mil hombres del Pueblo. Finalmen–
te cesa la peste por las oraciones de
David.
í
Et
a
ádcÍidit furor Do–
mtnt
irasci contra Israel
co
-
movitque David in eis
~cen-
•
El texto dei
Libro de
s Rey es
di–
ce :
Que se CticendiÓ
de¡.~mevo
e/ furor del
Señor contra Israél
,
y
movió a David
contra ellos.
En el
1.
dJ
los P etral;¡.
xxr.
.J..
se lee :
Que Satanás se levanto contra
lsra'€!,
y
e!l:citó a David a qtte contase
el Pueblo.
Estos dos lugares
~e
dan la
m ano , y el uno suple lo que fdlta en
el
orro. El demonio es
el
que !flUCvc
a
Da–
vid a qne mande hacer este registro ;
el
que le sugiere el designio ;
y
el que le
presenta todas las razones para afirmarle
en él , y para que no
dé
oídos a todo lo
que se le pueda decir en contrario. Pero
al mismo tiempo es Dios en un Sentido
muy verdadero el que le excita a hacer
este registro , que en sí
mi~mo n~da
tie–
ne de
m~lo;
y le mueve como causa prime–
ra
y
univer~al
, cuya voluntad preside
a
todos los acaecimientos ; y nada suce e
si.n un órden expreso de su Providencia.
El es el que da el poder al demonio pa–
ra que malee la voluntad de David por
a
1.
Pnralip.
XXI.
t .
Tom.III.
I
Y
se encendió de nuevo
el fauor del Señor contr
sraél;
y
movló '
a
Dav-id contra. ellos
este lacfo ,
y
le venza:
y
(o t,ace , porque
está. irritado contra
Isr~él
, que no había
sabido aprovecharse del último azote de la
hambre con que
acabab~
de castigarle•
Dios que tiene en sus manos Jos corazo–
nes de los que gobiernan , permite algu...
nas veces que un pastor
1
que por otra
~arre
es virtuoso ' eaiga en un.t Cllta' pa–
ta castigar así
a
los que están a su c<trgo,
y
que le han irritado por el desarreglo
de su vida ;
porqu~
es muy grande la
union
y
enlace que hay entre los que go–
biernan ,
y
los que son gobern.tdos.
S.
GRilGOR.
in
Job
Lib.
XX"·
Cnp.
XVI.
l'or
esto aunque los que tienen la autorid ad
sean responsables de sus pecados , que
son freqiicotetnente tanto !nas graves de–
lante de Dios, quahto causan mayor es–
cándalo ; esto no obstante los que les es–
tán sonietidos debén tembl ar quandd los
ven desviarse del camino reél:o de lá
jus~
ricia , y temer sobremanera que vengatl.
sobre sí los castigos de :tquellas faltas.
Nn2