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LIBRO SEGUNDO DE LOS REYES.
lus a facie Philisthiim,
12
Stetit ·u1e in ·medio agri,
et -tiütus est eum, percussitque
PhiÍisthaeos : et fecit Dominus
salutem magnam.
13
Necrion et ante descen–
derant tres qui erant Príncipes
intcr triginta •, et venerant tem–
pore messis ad David in spelun–
cam Odollam: castra autem Phi–
listhinorum erant posita in val–
le gigantu&.
14
Et David erat in praesi–
dio : porro statio Philisthinorum
tune erat in Bethlebem.
15
Desideravit ergo David,
et ait: ¡O si quis mihi daret po–
tum aquae de cisterna quae est
in Bethlehem iuxta portam!
16
IrruRerunt ergo tres for–
tes castra Philisthinorum, et hau–
serunt aqmam de cisterna Beth–
lehem quae erat iuxta portam,
et attuler t ad
Ji)
v·d: at ille
noluit bibere , se libavlit eam
Domino,
1(,
Dicens: Er:oRi.tius sit
ini–
hi Dominus, ne faciam hoc: ¿ num
sanguinem istorum qu· profeél:i
sunt , et animarum periculum
bibam? N oluit ergo bibere : haec
fecerunt tres robustissimi.
parte del campo estaba sembrada de len–
tejas , y otra de cebada. Otros quieren
que la semejanza de las voces originales
o~:rvip
smglzorún,
y
t::l
1
,~'jY,
11glwdhá–
schím
,
pudo dar ocasion de equivocarse
a Jos amanuenses. Semejantes conjeturas
¡on siempre arriesgadas.
' Principales ya nombrados, Jesbaam,
Eleazár
y
Serna.
• En la Palestina las cavernas servían
ordinariamenre de fortaleza y Jugar de se–
guridad para defenderse de
los
enemigos.
fl
¡,
Rnrnlip.
XI.
I)·
Pueblo qelan-te de los Philisthéos,
12
El se p1rró en medjo del
campo ,
y
lo defendió,
y
derrotó
a los Philisthéos:
y
concedió el
Señor una grande viétoria.
13
Así mismo algun ti empo
ántes los tres' que eran los princi–
pales entre los treinta, habían des–
cendido
y
venido en el tiempo de
las mieses a David a la cueva de
Odolám
2
:
y los PhiHsthéos tenían
elcampoenel valledelosgigantéss.
14
YDavid estaba en un lugar
fuerte:y había a la sazonenBethle–
hem una guarnicion de Philisthéós.
15
David pues tuvo deseo,
y
dixo: ¡O si alguno me diera a be–
ber agua de la
cis~erna
que hay en
Bethlehern junto a la puerta!
16
Entónces estos tres valien–
tes entraron por los Reales de los
PhiUst.héos,
y-
sacaron agua de la
cisterna de :Qethlehem que estaba
junto ala puerta, y se la traxeron a
Daviq;peroélnoquisobeberla,sino
que hlzo qe ella ofrenda al Señor,
17
D' ciendo: Guárdeme el Se–
ñor efe hacer esto : ¿beberé yo la
sangre de
es~s
hombres que fue–
ron a buscarla, aventurando sus vi–
das? N o quiso pues beberla: así lo
hicieron estos tres muy fuertes
4,
3
Véase el Cap.
v.
2.
18.
yeiLib.r.
de los Pnrnlip.
XIV.
9·
Este val!e está en–
tre Jerusalem y Bethlehem. La cueva de
Odolám al mediodía de Jernsalem.
4
David había mostrado este deseo sin
reflexionar que pudiera tener alguna con–
seqiiencia. Pero quando le presentaron el
agua , y consideró el riesgo a qne habia
expuesto a tres hombres de los mas va–
lientes que tenia, por nna cosa de tan po–
co momento ; se olvidó de su sed , y ere•
y ó que debia hacer al Señor un sacrificio