CAPITULO XXII.
Domine, in gentibus : et nomini
tuo cantaba.
51
Magnificans
salu~es
Regís
sui , et faciens misericordiam
christo suo David , et seminí
eius in sempiternum.
daré loor entre las Naciones: y
cantaré alabanzas a tu nombre.
51
El que engrandece las sa–
ludes de su Rey, y usa de mi–
sericordia con David su christo,
y
con su linage para siempre.
CAPITULO XXIII.
S e t-ejieren las últimas palabras de David,
y
se pone un, catálogo de
!
sus Generales
y
Oficiales mas señalados.
I
Haec autem sunt verba
David novissima. Dixit David
filius Isai : Dixit vir cui consti–
tutum est de Christo Dei Ja–
cob , egregius psaltes Israel:
2
Spiritus Domini
locutus
est per me , et sermo eius per
linguam meam.
3 Dixit Deus Israf:H mihi,
locutus est Fortis Israel , Domi–
nator hominum , iustus Domina–
tor in timore Dei.
o
Se llaman
postreras
estas palabras
de D avid , no porque f11eron las que ha–
bló últimamente, pues en el C apítulo
y
Libro siguiente se leen otras muchas cosas
que dixo ; sino porque son las últimas que
pronunció con espíritu prophético' y co–
mo el último testamento
y
sello con qlie
dexó
~ell.ld.l
su prophccía ,
compr~hendi
da en los Psalmos que compuso , o por–
que hablan de Christo
y
de su Reyno,
que es el fin
y
objeto de las Prophecías.
•
El
T
Hebréo
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scfzíalzlz .t:!olzé Iaughakóblt, el varoll
que
ha sido
est.zblc>cido Messías e:>.:celso del
D ios de Iacob.
Los
L XX.
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ó
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l(;~l<.w{3
,
a quien esta–
/;ÜciÓ Dios por Christo del Dios de J a–
cob.
Y conforme a esto pueden darse a la
Vulgata dos sentidos: El varon a quien
I
Y
estas son las postreras
palabrasdeDavid '.DixoDavid hi–
jo de Isaí: Dixo el varon establecí·
do • acerca del Christo del Dios de
J acob, excelente cantor
3
de Israél:
2
El Espíritu del Señor ha–
bló por mí , y su palabra por
mi lengua
+.
3 Díxome el Dios de1.sraél, el
Fuerte
s
de fsraél Jaabló , el Domi–
nador de los hombres, el justo Do–
minador de los que temen a Dios
6 •
Dios estableció por ungido
y
R ey deJa–
cob :
O
el varon a quien el Señor estable–
ció para cantar del Christo, del Messías,
del Dios de J acob.
3
Excelente Autor de los Psalmos
y
Cánticos sagrados , que fueron en todos
tiempos
la
hermosura y delicias de la Sy–
nagoga , y lo son y serán de la l glesi.1Ca–
rbólica hasta la consumacion de
lo~
siglos.
4
El
E~píritu
de Dios diél:ó las pala–
bras por boca de D avid ,
y
se valió de su
lengua para pronunciarlas.
Y
lo mismo
debe entenderse de todos los Libros sa–
grados. Esta es la razon por la qual los
fieles deben recibirlos
y
leerlos con la
mayor veneracion
y
respeto.
s
Este es uno de los epithetos que se
dan a Dios muy freqüentemenre.
•
6
El Hebréo :
D ominador
del
temor
del
Señor
,
o de los que temen al Señof
/