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LIBRO SEGUNDO DE LOS REYES.
C A P 1T U L O X X 11.
David en
u11
Cántico da gracias al Se1ior por haberle librado de todos sus ene–
migos
,y
vaticina la ve!1ida de los Gentiles a la suerte del Pueblo de Dios.
1:
Locutus est autem Da–
vid
Domino verba carminis hu–
ili.S, in die qua líberavít euro Do–
mínus de m¡nu omnium iními–
corum suorum, et de manu Saul:
2
Et ait : Dominus petra
mea • , et robur meum , et Sal–
vator meus.
3 Deus fortís meus, sperabo
in e¡,¡m: scutum meum, et cornu
salutis meae: elevator meus , et
refugíum meum : Salvator meus,
de iniquitate liberabis me.
4 Laudabílem
b
invocaba Do–
minum : et ab inimícis meis sal–
vus ero.
5 Quft a circu¡ndederunt me
cont1litiones mortis: torrentes Be–
lial terruerunt me.
6
Funes inferni c.ircumdeie–
runt me : praevenerunt me la–
quei mortis.
'
Penetrado David de reconocimien–
to por todos los beneficios de que Dios
le habia colmado, quiso dexar un monu–
mento eterno a todos los siglos ,
y
com–
puso un Cántico de accion
d~
gracias , en
que brevemente toca todos los peligros
que había corrido desde su infancia hasta
la vejez ,
y
las diferentes maneras con
que el Señor mil,•grosamente le habia libra–
do. Este Cántico es casi el
Psalm. xvu.
y
por eso res¡:rvamos su cxposicion para
el lugar que le corresponde en tre los Psal–
nt!>s. Aquí
tocaremos brevemente algu–
na~
cosas. Débese adverrir tambien que
la diferen,ia de estilo que se nota en-
".'
P salm.
XVJI.
5•
1
Y
David habló al Señor
las palabras de este Cántico , en
el dia que le libró el Señor de
la mano de todos sus enemigos,
y
de la mano de Saul ' :
2
Y
dixo
:
El Señor es mi
piedra ,
y
mi fQrtaleza ,
y
mi
Salvador.
3 Dios mi fuerte , en él espe–
raré: mi escudo, y apoyo de mi
8alud: él me engrandece,
y
es mi
refugio: Salvador mio ,-tú me li–
brarás de iniquidad.
4
Invocaré al Señor que es
digno de alabanza:
y
seré salvo
de mis enemigos.
5 Porque cercáronme que–
brantos de muerte : torrentes de
Belial
2
me espantaron.
6 Cuerdas de
infierno me
cercaron : lazos de muerte fue–
ron delante
d!
mí
3.
tre este Cántico
y
el Psalmo ci tado, na–
ce de que David acomodó despues a la
música este mismo Cántico ,
y
lo en–
tregó a los Sacerdotes par,¡ que le canta–
sen en el Templo con los demas Psalmos.
• MS. 7.
Rios traviesos.
Los torren–
tes de los males en que los ·iniquos me
precipitaron. Esto puede hacer al usion a
la persecucion que padeció de Saul , a la
rebelion de Absalóm ,
y
tambien de un a
manera mas propia a
lo~
tristes efeél:os
que produxo en él el pecado quando
se abandonó a su pasion.
3
Me tomaron descuidado ,
y
me han
envuelto como eo los lazos de ·una red.
{¡
! bid.
4·