Table of Contents Table of Contents
Previous Page  267 / 608 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 267 / 608 Next Page
Page Background

CAP 1 T U L O X 1X.

259

SCI!rtrum

tuutn ad te , dominum

meum Regem: tu autem, domi–

ne mi Rex •, sicut Angelus Dei

es, fac quod placitum est tibj.

28 Neque enim fuit domus

patris mei , nisi morti obnoxia

domino meo Regí : tu autem po–

suisti me servum tuum ínter con–

vivas mensae tuae: ¿quid ergo ha–

beo iustae querelae? ¿aut quid

possum ultra vociferari ad Regem?

29 Ait ergo ei Rex: ¿Quid

ultra loqueris? fixum est quod

locutus sum : tu et Siba dividí–

te possessiones.

30 Responditque Miphibo"'–

seth Regí: Etiam cunél:a acci–

piat, postquam reversus est do–

minus meus Rex pacifice in do–

muro suam.

31

Berzellai

6

quoque Galaa-

1

MS. 3·

Mutur6.

fea calumnia contra mí

rervo Pero

'Vos

sois como un Angel ;

Q

sois jus–

to e ilustrado como un Angel de Dios,

para conocer y disce nir todas las co–

sas , sin que yo

pued~

mostrar la me–

nor queja de todo lo que gustareis ha–

cer con mi persona.

Por los agravios que de ella re–

cibiste.

3

La manera con que David respon–

de a Miphiboséth , da claramente a enten–

der que no quedó convencido de su ino–

cencia ; y que por un efeél:o de su bon–

dad revocó la sentencia pronunciada, !'er–

mitiendo que tuviese la mitad de sus bie–

pes, y dexando a Siba la otra mitad . Si

es verdad , como creen muchos Intérpre–

tes , que Siba_estaba presente, su silehcio

mismo le condenaba : y si estaba ausente,

David podía llamarle a su presencia , y

confrontándola con el acusado, apurar y

conocer de todo punto la verdád. Entpe.:.

tanto quedó castigado el inocente , y el

a

Supr.

XIV.

i7.

et

20•

Tom. 111.

cusó

1

a mí tu siervo delante de

tí,

mi Rey y señor: mas tú, o Rey

y señor mio, eres como un Ángel

de Dios , haz lo que gustares.

28

Porque

la

casa de mi padre

no ha merecido del Rey mi señor¡

sino

la

muerte

2

;

mas tt1 me pusis–

te a mí tu siervo entre los convi–

dados de tu mesa : ¿de qué pues

puedo yo tener justa queja ? ¿o có–

mo puedo importunat masalR ey?

29 Y el Rey le respondiól

¿Para qué has de decir mas ? lo

que he dicho subsistirá : tú y

Siba repartíos las posesiones

3,

30 Y respond ió Miphiboséth

al R ey : Quédese en hora buena

con todo

4 ,

puesto que el Rey

mi señor h'!- vuelto en paz a su

casa.

31

BerzCi!la' de Galaad des->

e

lumniador recompensa o ; y esto por

aquel Rey que se

reni~

j¡Or el mas justo de

la tierra. Esto misrn

hace ver quán rara

cpsa es que los Príncipes despues de ha–

ber descubierto

)a

calumnia , reparan en–

teramente el mal que hicieron por haberla

creído de ligero. Sin querer DJvid entrar

en otro exárnen , corta el discurso de Mi–

phiboséth,

y

parte la diferencia. S.

GnB–

GOR . MAGN.

Dinlogor. Lib.

1.

Cap.

XLT.

Muchos creen atendiendo al texto 1-Iebréo¡

que la propiedad de los bienes quedó por

entero a favor de Miphiboséth ,

y

que so–

lo se partieron entre este Príncipe

y

Siba

por lo que hace al usufruél:o.

4

No se pueden leer estas palabras

sin admirar

y

respetar la virtud de este

Príncipe injustamente calllmniado

y

con·

denado.

Un

discípulo fiel de J esu Cht'is–

to perseguido injustamente por los hom–

bres , tiene en nada la pérdida de todo lo

que posee,

y

no registra otra cosa en to–

dd lo que le sucede , sino las órdenes

y

disposiciones de la divina providencia.

b Supr: xvii.

2]-IIJ.

R egum

11.

7•

Kk:~o

,