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CAP 1T ULO

XV.

237

et ·operto capite : sed et omnis

Populus qui erat cum eo , oper–

to capite ascendebat plorans.

31

N unciatum

est

autem

David quod et Achitophel esset

in coniuratione cum Absalom,

dixitque David: Infatua, quaeso,

Domine ·, consilium Achitophel.

32 Cumque ascenderet Da–

vid summitatem montis , in quo

adoracurus erat Dominum , ecce

occu rrit ei Chusai Arachites,

scissa veste , et terra pleno ca–

pite.

33 Et dixit ei David : Si ve–

neris mecum , eris mihi oneri:

34 Si autem

in Civitatem

revertaris , et dixeris Absalom:

Servus tuus sum , Rex : sicut fui

servus patris tui 7 sic ero ser–

vus tuus : dissipabis consilium

Achitophel.

1

En esta imágen se reconoce

Jue

o

Jesu Christo, verdadero D

Y:lli,

humillado

en su Pasion. Su Pueblo loéesconoce,

y

se

vuelve contra él : aquellos mismos a quie–

nes colmó de beneficios

~son -los

que pre–

tenden quitarle Ja vida. Sale de la ingrata

Jerusalem ,

y

pasa el torrente de Cedróo

con el corazon lleno .de tristeza

y

de a–

margura. Sube con sus Discípwos al mon–

te de las Olivas para orar en él a su P2dre:

humillándose profundamente en su pre–

sencia, acepta con perfeél:a sumision el cá–

liz que su justicia le tiene preparado. Su–

fre sin queja la desercion de sus amigos,

y

las maldiciones de sus enemigos , para

expiar nuestros pecados que habia to–

mado sobre sí ,

y

para apartar de ellos la

maldicion de Dios que tenian merecida.

• MS.

Estaua m los ligados.

3

DJvid podia mirar hasta aquí la re–

beldía de su hijo como un arrebato de un

hombre de pocos años , cuyos defeél:os

por sí solos bastarian para destruir su em–

presa ; pero comenzó a temer luego que

mpo que le habia,hecho traicion Aquito-

y

cubierta

la

cabeza :

y

todo el

Pueblo que iba con él, subia ram–

bien llorando cubierta la cabeza '·

31 Y fué dicho a David que

Aquitophél entraba tambien en la

conjuracion

z

con Absalóm ,

y

di–

xo David: Trastornad

3,

os ruego,

Señor, el consejo de Aquitophél.

32

Y quando David subia a

lo alto del monte

4,

donde habia

de adorar al Señor,

~

le puso .de–

lante Cusai Araquita

5

,

con los

vestidos rasgados , y con la cabe–

za cubierta de tierra.

33 YdíxoleDavid: Si

vinie~es

conmigo , servírmehas de carga

6 :

34

~as

si volvieres a

la

Ciudad , y dixeres a Absalóm:

Yo , o Rey , soy tu siervo : co–

mo lo fuí de tu padre , así lo

seré tuyo ; desvanecerás los de–

signios

1

de Aquitophél. ·

p~él

, 11no de los hombres mas hábiles de

su Corte,

y

acaso el mas cxp rimentado

de todos sus Consejeros, con quien se a–

consejaba el Príncipe jóveo. Concibió que

solo Dios podia detener las conseqiiencias

de esta liga;

y

por esto se volvió asuMa–

gestad , pidiéndole que confundiese la

prudencia de Aquitophél , y desconcer–

tase todos sus consejos.

• MS.

El c.tbe¡o.

Desde donde se

descubria Jerusalem, y el lugar donde re–

sidía el Arca :

y

desde allí adoró al Señor.

s Natural de Arách ,

qu~

estaba al pie

del monte Líbano : despucs fué llamada

Edesa , una de las famosas Ciudades de la

Syria. Este era tJmbien del Consejo de

David , y fué uno de los que le sirvieron

siempre con mayor fidelidad.

6

Porque David no necesitaba de con·

sejo , sino de gente que le defendiese.

7

En el texto Hcbréo :

Milii

,

a mi

favor.

Cusai siguió este consejo : volvió a

Jerusalem, pasó a saludar a Ahsal6m,

y

ofrecióle servir con el mismo zelo que ha–

bia servido a su padre : ganó la confi.mza