LIBRO ·sEGUNDO DE LOS REYES.
lam tuam , dicit: Trade eum qui
percussit fratrem .suum , ut occi–
damus eum pro anima fratris
sui quem ínterfecit , et deleamus
heredero : et quaerunt extingue–
re scintillam meam quae
reli–
él:a est , ut non supersit viro meo
nomen et reliquiae super
ter-·
sam.
,
8
Et ait Rex ad mulierem:
V ade in dofhum tuam , et ego
iubebo pro te.
9
Dixi tque mulier Thecuitis
ad Regem : In me , domine mi
Rex , sit iniquitas , et in domum
patris mei: Rex autem et thro–
nus eius sit innocens.
JO
Et ait Rex: Qui contra–
dixerit tibi , adduc eum ad me,
et ultra non addet ut tangat
te.
J
r
Qua
ait : Recordetur
Rex Dominj Dei sui , ut non
multiplicentur pro 'mi sangui–
nis ad ulcisceñaum , et nequa–
quam
int~rfi.cian
filium meum.
Qui ait:
ivit Domin-us , quia
non cadet de capillis filii tui su–
per terram.
12
D ixit ergo mulier : Lo–
quatur ancilla tua ad dominum
meum_Regem verbum. Et ait:
Loquere.
• MS. 7·
Rresmtar la mi mansilla.
Quiere decir que la parentela de su mari–
do quería acabar con la única esperanza
que le quedaba matando al otro' hijo.
• Que yo daré mis órdenes, y serán
tales como tú las deseas.
3
La Ley mandaba que todo el que
matase a otro voluntariamente, fuese con–
denado a muerte; y aunque las circuns–
tancias pudiesen ser favo rables al caso que
representaba esta muger, esto no obstan–
te comprehendiendo ella que el Rey po-
ce: Entrega al que mató a su her–
mano, para que·le hagamos mo rir
en pena de la muerte de su her–
mano a quien mató, y quitemos
del mundo al heredero: y preten–
den apagar una sola centella' que
me ha quedado , para que no que–
de a mi marido nombre ni reli–
qu ia sobre la tierra.
· 8 Y dixo el Rey a la muger:
Vete a tu casa, que yo providen–
ciaré
2
acerca de
tí.
9
Y la muger de Tbécua dixo
. al Rey : Sobre mí, o Rey y señor
mio, recaiga la culpa, y sobre la
casa de mi padre; mas el Rey
y
su throno sea sin culpa
3,
JO
Y dixo el Rey : Si algu–
no te contradixere , tráemele acá,
y no te causará mas molestia en
adelante.
J
1
Y
ella dixo: Acuérdese el
Rey del Señor su Dios , para que
no se multipliquen los parientes
del muerto ,
y
venguen su muerte,
y hagan perecer a mi hijo
4,
Y él
respondió: Vive el Señor , que
no caerá en tierra ni un solo ca–
bello de tu
hiJO.
12
Y añadió la muger: Per-'
mite que tu sierva hable una pa–
labra al Rey mi señor. Y él dl–
xo: Habla.
dría resistirse a otorgar
la
gracia que se le
pedía en perjuicio del bien y seguridad
pública, para quitarle todo escrúpulo con–
sieute , en que si había alguna injusticia
en dexar sin castigo un homicidio, le fue–
se imputada a ella , y no al Rey.
4
Lo que hubiera podido suceder, si
el
R ey se hubiera contentado con prohi–
bir solamente al pariente mas cercano que
tomase satisfaccion o venganza de la muer·
te , y no lo hubiera vedado generalmente
a todos los parientes sin excluir alguno.