CAPITULO
II.
gnificatus est puer Samuel apud
Dominum.
22
H eli autem erat
senex
valde , et audivit omnia quae fa-–
ciebant filii sui universo Israelí:
et quomodo dormiebant cum mu–
l ieribus quae observabant ad o–
stium Tabernaculi:
23
Et dixit eis:? Quare faci–
t is res huiuscemodi quas ego au–
di·o , res pessimas ab omni Po-
pulo?
.
24 Nolite,filii mei: nonenirn
est bona fama quam ego audio,
ut transgredí faciatis Populum
Domini.
25
Si peccaverit vir in virurn,
placari ei potest Deus : si au–
tem in Dominum peccaverit vir,
¿
quis orabit pro eo? Et non au–
dierunt vocem patris sui ; quía
voluit Dominus occ· dere eos.
26 Puer autem Samuel
~·o
ficiebat, atque cresce at, et pla–
cebat tarri
Dom~no
quam homi–
nibus.
27 Venit autenY'vir Dei ad
muél fué· engrandecido delante
del Señor'.
22
Mas HeH era muy viejo,
y
oía todas las cosas que hacían
sus hijos a todos los de lsraél :
y
que tambien dormían con las mu–
geres que venían a velar a la puer–
ta del Taber náculo
2
:
23
Y díxoles: ¿Por qué haceis
estas cosas que llegan a mis oidos,
estos excesos
de~stables
de que se
queja todo el Pueblo?
24 Guardaos, hijos mios3; por·
que no es buena la fama que llega
a mis oídos, que haceis prevaricar
al Pueblo del Señor.
25
Si pecare un hombre con–
tra otro , puédele Dios perdonar;
mas si el hombre pecare contra
Dios, ¿quién rogará por el? Y no
escucharon la voz de su padre ; por·
que queria el Señor matarlos4.
26 Mas el jóven Samuél apro–
vechaba ,
y
crecia ,
y
era ·agra–
dable tanto a Dios como a los
hombres.
27 Y vino un varon de Dioss
•
~~
1
En edad , piedad
y
sabiduría ,
y
:arrebatando la ad mi racion de todos.
2
Véase el
Ext5do
XXXVIII.
8.
a El pecado de los hijos de Helí era
muy enorme ;
y
la grande falta que co–
metió este padre excesivamente indulgen–
te , estuvo en que debiendo aplicar re–
medios fuertes para reprimir la insolen–
cia de sus hijos , se contentó con repre–
henderlos con demasiada suavidad.
4
No quiere decir que este pecado
no se puede perdonar , como prctendian
los Novacianos, sino que con dificultad
~e
perdona. Porque aunque todos los pe–
cados son contra Dios, por quanto se
oponen a su justicia
y
santidad infinita;
pero son sin comparacion de mucha ma–
yor gravedad los que profanando las co–
sas santas , cometen aquellos a quienes fué
encomendada su custodia. El sentido de
•
las palabras de Hell es el siguiente : Si vo–
sotros que sois los que debeis orar por los
pecados del Pueblo , pecais , no contra
otro hombre , sino contra el mismo D ios,
de quien debiais ser mas ;zelosos
y
fieles
Ministros; ¿quién será el que ofrezca sa–
crificios
y
ore por vosotros , para que el
Señor
os
perdone unos pecados tan enor·
mes
?
Queria el Señor acabar con ellos,
y
esto mismo indica su contumacia
y
obs–
tinacion en los pecados. Dios los aban–
donó por esto a los deseos de su cora–
zon
1
y
les negó la gracia de su con–
version ; porque habia determinado cas–
tigarlos de muerte ,
y
dexar en ellos un
escarmiento de su justicia,
y
de sus jui–
cios adorables e incomprehensibles.
s
No
se
sabe quién fué este que en–
vió el Señor para reprehender la exce–
siva condescendencia
y
omision de 1-íelí.
•