CAPITULO 11.
rrillm
Regi suo, et sublimabit cor–
nu Christi sui.
11
Et abiit Elcana Ramatha,
in domum suam : puer autem erat
minister in conspeél:u Domini
ante faciem Heli Sacerdotis.
12
Porro filii Heli , filii Be–
lial , nescientes Dominum,
13
Neque officium Sacerdo–
.tl,lm ad Populum : sed quicumque
immolasset viél:imam , veniebat
puer Sacerdotis, dum coqueren–
tur carnes , et habebat fuscinu–
lam tridentem in manu sua,
14
Et mittebat earn in lebe–
tem vel
in caldariam · aut
in
ollam sive in cacabum: et om–
ne quod levabat fuscinula , tolle–
bat Sacerdos sibi : sic faciebant
• Los Intérpretes mas sénalado en–
tienden esto del Mcssías y de
~a
Re no.
El texto Hebréo a la letra :
De
oU
Mes–
sfas.
Y
lo mismo el Caldéo.
• A la letra :
El
cu~rno,
que en hra–
se Hebréa significa
poder
,
"gloria ,
Ro/–
no.
Algunos aplican esta prophecía a Sa–
muél, que fué Juez ae todo el Pueblo,
y
~sí
Dios por él gobernó a Israél : otros
a Saul , a quien despues hizo reynar :
y
últimamente a David , a quien ensalzó
y
c:olmó de gloria. Pero no es este el senti–
do inmediato. Este Cántico de Ana
,
en
que , como hemos visto , da a Dios las
gracias por haberla librado del oprobrio de
su esterilidad ; encierra al mismo tiempo
una prophecía del Reyno de Jesu Chris–
to
y
de su glori3. De.xad , dice , lo anti–
guo, que es 'la letra , o la Ley escrita o
vieja, y abrazad lo nuevo , que es la Ley
de gracia y el Espíritu Divino. El arco
de los fuertes , vanos y presumidos de
tu
Synagoga , llenos de iniquidad , que se
tenian por justos , fué quebrantado ; y la
Gentilidad estéril que apénas conocia a
Dios , es ya fecunda , reducida a la fe de
Jesu Chrisro. El Pueblo que fué amado
del Señor
,
es ya por su rebeldía y dure–
;¡:a
en creer a su Hijo, estéril y desprecia-
perio a su Rey
1
,
y ehSalzará la
gloria
2
de su Christo.
11
Y volvióse Elca,na a Ra–
matha , a su casa :
y
el niño exer–
cia su ministerio
3
delante del Se–
ñor a la vista del Sacerdote Helí.
12
Y los hijos de HeH, hijos+
de Belial , sin conocer al Señor
s,
13
Ni la obligacion de Sace.r,.–
dotes
6
con el Pueblo; porque quan–
do alguno
inmo~ba
la víétima, ve–
nia el criado del Sacerdote, mién–
tras se cocían las carnes, y tenia en
su mano un tenedor de tres dientes7,
1
4 Y
lo metía en el perol
o
en el caldero o en la olla o en la
marmita; y todo lo que sacaba
el tenedor, tomábalo el Sacerdo–
te para sí
8
:
esto hacían con to-
do ; porque sabe Dios enriquecer a los
p9bres ,
y
humillar a los soberbios. Las
Naciones temerán
a
Christo, que reynará
sobre ellas
,
y su nombre será conocido
y
ensalzado y glorificado hasta los mas
remotos fines de la tieua.
3
En todo aquello que podia conve–
uir
a
su edad , y baxo la direccion
y
dis–
ciplina del Sacerdote Helí.
4
Impios
y
rebeldes, sin yugo, sin
ley y sin conciencia.
s
Contumaces , desobedientes a los
mandamiento~
del Señor, como lo son los
que obstinados no reconocen ni se suje–
tan a su superior.
6
Que como Sacerdotes tenian obliga·
cion de dar buen exemplo all'ueblo, bus–
cando en todo la gloria del Señor
,
y por–
tándose con el mayor desinteres.
7
MS. 7·
Con una cuchara de tres
garfios.
8
La Ley no concedía al Sacerdote
sino la espaldilla y el pecho de la víétima
en los sacrificios de paz; mas el criado de
los hijos de Helí tomaba en su nombre
todo lo que podía sacar fuera con el girfio.
No se conocen a punto fixo las diferencias
de esta suerte de vasos de que hacian uso
los -Sacerdotes para cocer las carnes.
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