C A P 1 TU LO XII.
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judicado el honor de la viél:oria
1 •
nomini meo ascribatur viél:oria.
29 Congregavit itaque Da–
vid omnem Populum , et profe–
étus est adversum Rabbath: cum–
que dimicasset , cepit eam.
30 Et tulit diadema Regís
eorum de capite eius pondo au–
ri talentum , habens gemmas
pretiosissimas , et impositum est
super caput David. Sed et prae–
dam Civitatis asportavit mul–
tam valde:
31 Populum quoque eius ad–
clucens serravit , et circumegit
super eos ferrata carpenta : divi–
sitque cultris, et traduxit in ty–
po laterum : sic fecit universis
Civitatibus filiorum Ammon. Et
reversas est David , et omnis
exercitus in Ierusalem.
1
D exando ahora aparte la
líticas que pudieseq mo er a oáb P.a'ra
que usase con David de está ateneion;
mirada la accion en sí misma , no puede
haber cosa ni mas justa ni mas recomen–
dable a un vasallo que
~referir
la gloria
de su P ríncipe a la suya,
y
renunciar
voluntariamente el honor del buen suce–
so de las empresas , por dexárselo todo
entero
a
aquel que siendo la cabeza
y
el
alma del Estado , debe ser mirado corr.o
el que da movimiento a todos los miem–
bros de este cuerpo ,
y
dirige todas sus
operaciones.
• E l talento entre los Hebréos era del
peso de ochenta
y
dos libras nuestras.
y
med ia onza. No parece que David pu–
diese llevar sobre la cabeza una corona
de un peso tan excesivo;
y
así se supo–
n e comunmente que la hizo col0car sobre
su throno como un dosél ; lo que era
muy ordinario entre los antiguos. Al gu–
nos entienden esto no del peso Real sino
d el valor de esta corona , que siendo de
oro de una grandeza regular , valia un
plenro de oro por
ra:~:on
de las piedras
Tom. lll.
29 Juntó pues David toda
la tropa , y fué contra Ra–
báth :y despues de haberla
com~
batido , la tomó.
30 Y quitó la corona de la ca–
beza
de.suRey que pesaba un ta–
lento de oro
2
,
y tenia piedras
muy preciosas , y fué puesta so–
bre la cabeza de David. Y llevó
tambien de la Ciudad muy gran-
des despojos:
.
31 E hizo aserrar sus.morado–
res
3 ,
y que pasasen sobre ,ellos
carros herrados: y q1,1e los destro–
zasen con cuchillos , y los echasen
en hornos
+
de ladrillos : así lo
hizo con todas las Ciudades de
los Amonitas. Y volvióse David
y
todo su exército a J erusalem.
preciosas que la enriquecían. Otros quie–
ren que la quivase David de la cabeza de
Melcóm ; porque en el
J.
de los Paralip.
xx.
2.
se lee que estaba sobre la cabe–
za de Melcóm , que significa
su Rey
,
y
que era el dios de los Amonitas.
I V.
Reg.
X:XIIT.
I J. lEREM. XLIX.
I.
3
MS.
.3.
Pt;solo
m
asserradera
,
e
e1t
puas de forro.
4
MS.
3. E p as6los por el f oguero.
MS. A.
E trastrau6los a semejanza de
ladrillos.
Donde se cocian los ladrillos.
Aunque parece excesivo y cruel el rigor
de estos castigos , no por eso nos es per–
mitido acusar a David , que sin duda
obró en esta ocasion por órden de D ios,
y
por movimiento
particul~r
de su Espí–
ritu , como lo hicieron tambien J osué,
Gedeón , Samuél
y
otros. D avid pues
fué el Ministro de la justicia divi na para
castigar a los Amonjtas por la injuria he–
cha a los Embaxadores de David ,
y
prin–
cipalmente por la impiedad y crueldad
de sus supersticiones , que llegaban _hasta
el extremo de hacer quemar a sus mtsmos
l¡ijos en obsequio de Molóch ¡u ídolo.
E
e