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LIBRO SEGUNDO DE LOS REYES.
than ad David : qui cum venisset
ad eum , dixit ei: Duo viri erant
in Civitate una, unus dives, et
alter pau per.
2
Di ves habebat oves et bo–
ves plurlmos valde:
3 Pauper autem nihil habe–
.bat omnino , praeter ovem unam
parvulam quam emerat et nu–
trierat , et «"quae creverat apud
eum cum filiis eius simul, de pa–
ne illius comedens, et de calice
eius bibens, et ln sinu illlus dor–
miens : eratque illi slcut filia.
4
Cum autem peregrinus qui–
dam venisset ad divitem, parcens
ille sumere de ovibus et de bo–
bus suis ut exhiberet convivium
peregrino illi qui venerat ad se,
tulit ovem viri pauperis, et prae–
paravit cibos homini qui venetat
ad se.
5
Iratus autem indignatione
David adversus hominem illum
nimís,
di~t
ad Nathan: Vivit
de este adulterio babia nacido ,
y
podía
tener ya algunos meses. Este Rey per–
maneciendo en tan deplorable estado de
su
alma , no había perdido Jos sentimien–
tos de respeto hicia la religion : praél:ica–
ba sus obligaciones exteriores , conserva–
ba la fe de las promesas , continuaba ad–
ministrando justicia ,
y
cumpliendo los
otros cargos propios de su ministerio. Por
mucho cuidado que puso en ocultar su
delito, el escándalo se hizo público : ro–
do el mundo murmuraba ,
y
los enemi–
gos del Señor tomaban ocasion de blas–
phemar contra su providencia, que dexa–
ba raJes excesos sin castigo , y contra la
p~rsona
del Rey que los había cometido.
Solo D avid parecía insensible a todos es–
tos discursos , ya fuese por no tener cer–
ca de sí una persona fiel que se lo advir–
tiese ; o ya que por una conseqiiencia de
su qguedad Jos despreciase. Así hubiera
permane ido , ¡i la misericordia de aquel
thán a David ;·y habiendo él entra–
do a su presencia, díxole: Habla
dos hombres en una Ciudad, el
uno rico , y el otro pobre.
2
El rico tenia ovejas y bue–
yes en número muy crecido:
3
Mas el pobre ninguna otra
cosa tenia , sino una ovejuela que
babia comprado y criado, y que
habla crecido en su casa
jun~'\
mente con sus hijos , comie.'."' .
de su pan , bebiendo de su vaso,
y echándose en su seno ; y érale
como hija.
4
Y habiendo llegado un pe–
regrino a casa del rico, no querien–
do este tomar de sus ov:ejas ni de
sus bueyes para dar un banquete a
aquel su huésped que le babia veni–
do, tO(llÓ la oveja
~e
aquel hombre
pobre,
y
dispuso la comida al hués–
ped que babia venido a su casa'.
5 David entónces irritado en
extremo contra aquel hombre, di–
xo a Nathán: Vive el Señor, que
mismo Señor auqúien babia ofendido no
le hubiera prevenido ;
y
si la voz del To–
dppoderoso no le hubiera habl.,do al co–
razon para que reconociese
y
llorase la
gravedad de su pecado.
• N ath:ía en este admirable discurso
que hace a David enseña a los Ministros
del Señor , que al paso que deben decir
la verdad a los Grandes con una sanra li–
bertad , han de procurar tambien propo–
nérsela en términos suaves , prudentes
y
propios , para que la conozcan a fondo
co.moella es. Nathán despues de haber sa·
cado de la boca de David por medio de
su parábola un decreto que le condena
y
no puede revocar ; en tono
y
Jenguage de
Propheta le habla con todo el espírirn de
parte del Señor , le pone delante los be- .
neficios que ha recibido de su mano , le ·
descubre roda la enormidad de sus deli- -
tos ,
y
le intima todos los castigos que la •a
justicia divina le tiene
ya
preparados.