C A P I T U L O XII.
Dominus, quoníam filius mortis
est vir qui fecit hoc.
6
Ovem
• reddet in quadru–
plum, eo liluod fecerit verbum
istud, et non pepercerit.
1
Dixit autem Nathan ad Da–
vid : Tu es ille vir. Haec dicit
Dominus Deus Israel: Ego unxi
te in Regem super Israel, et ego
erui te de manu Saul,
8 Et dedi tibi domum domi–
ni tui, et uxores domini tui in
sinu tuo, dedique tibi domum Is–
rael et luda : et si parva sunt
ista, adiiciam tibi multo maiora.
9
¿ Quare ergo
contempsi–
sti verbum Domini , ut faceres
malum
in
conspeél:u
meo?
U riam Hethaeum
percussisti
gladio , et uxorem illius acce–
pisti in uxorem tib' , et interfe–
cisti eum gladio filiorum Ammo_.n.
10
Quam ob rem non
rece–
det gladius de domo tua usque
in sempiternum, eo quod despe–
xeris me, et tuleris uxorem U riae
Hethaei ut esset uxor tua.
II
ltaque haec cücit Dominus:
1
Hebraísmo : Digno de morir. Esta
disposicion de D avid nos hace ver , que
qulllldo el amor propio posee nuestro co–
razon , nos ciega la razon ,
y
nos preocu–
¡ra el juicio ;
y
enrónces juzgamos ménos
apasionadamente de lo que pasa en los o–
tros, que de lo que mira a nosotros mismos.
• Y por haber tratado sin piedad a es–
te pobre. David I?agó la muerte de Urías
con la muerte de quatro hijos ; con la del
primero que tuvo de Bethsabee, y con la
de Amón , Absalóm
y
Adonías. Y por ha–
ber deshonrado el lecho de Urías, vió des–
honrada a una hija por su mismo hermano,
y
adiez de sus mugeres, que lo fueron luego
despues por un hijo infame y desapiadadQ.
4
Exod.
XXIl
1.
o
es hijo de .muerte
1
el homl?re que
tal hizo.
6 Pagará la oveja con quatro
tantos por haber hecho una tal cosa,
y no haber considerado al pobre
2 •
1
Entónces Nathán díxo a Da–
vid: Tú eres aquel hombre. Esto
dice el Señor Dios de Israél : Yo
te ungí por Rey sobre Israél , y
yo te libré de las manos de Sau1,
8 Y te di la casa de tu señor,
y las mugeres de tu señor en tu
seno
3 ,
y te dí la casa de Israél
4
y
de
J
udá : y si esto es pocos, te <lzña–
diré aun cosas mucho mayores.
9 ¿Porqué puesdespreciaste la
palabra del Señor, haciendo lo ma–
lo delante de mis ojos? A Udas
Hethéo hiciste perecer a cuchillo,
y
te ha,s tomado por muger la que
era suya, y le has muerto con
la espada de los hijos de Amón.
10
Por lo -qual no se apartará
jamas la espada de tu casa
6 ,
por–
que me has menospreciado, y has
tomado aa muger de U rías He–
théo para que fuese muger tuya.
1 1
Y así esto dice e-l Señor:
3
Para que tomases de ellas la que te
agradase. No consta que David desposase
ninguna de las mugeres de Saul. Pero lo
podía haber pratl:icado , pues solo el Rey
podía tomar las viudas de su predecesor.
4
Para que reynasen sobre ella.
s
Y si estos te parecen pocos benefi–
cios , te añadiré otros aun mucho ma–
yores.
6
Lo que se explica de las muertes
violentas de Amón, de Absalóm, de Ado·
nías , que sucedieron poco despues a vis–
ta
de David , y tambien de las desgracias
de sus sucesores y herederos, cuyos rey–
nados fueron por la mayor parte lle–
nos de inquietudes
y
dt~
guerras.