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CAPITULO

VII.

tem in domo cedrina , et Al'ca

D ei posita sit in medio pellium?

3

Dixitque Nathan . ad Re–

gem : Omne quod est in cordé

t uo, vade , fac : quía Dominus

t ecum est.

4

Faétum est autem in illa

noéte : et ecce sermo Domini

ad Nathan, dicens:

5

Vade, et loquere ad ser–

vum meum David : H aec dicit

Dominus : ¿Numquid tu aedi–

iicabis mihi domum ad habitan–

duro?

6 N eque enim habitavi in do–

mo ex die illa qua eduxi filias

Israel de

terra AEgypti usque

i n diem hanc ; sed ambulabam

i n tabernaculo , et in tentorio.

7

Per cunéta loca quae tran-

Lleno David de sent mienr s

e

picda

1

y de religion , se avergonzaba ,

tenia por cosa indigna habita1· e

:un

l'A-

1acio magnífico , fitbric.ldo

~m-aderas

de

cedro , miéntras que el Arca del Scfior

tenia solo un pabellon cubierto de pieles.

Vade,

fzc

:

y

ea

el

v.

5.

vad~

ct

loquer~

,

es un hebraísmo ; quiere

decir~

Age

,

fac

:

age et foquere

:

/¡az pronta-

1/lente

:

no te detengas

,

ve ,

y

di a mi

siervo.

3

D avid y Nathán son dos Prophe–

tas

y

dos Santos , y esto no obstante y er–

ran

y

se

engañan , tomando su propio

pensamiento , como si fuera de Dios.

E l Señor permite este engaño , para que

reconociendo que de sí mismos no tienen

sino tinieblas y error, y que no les es

debida la luz de la verdad ; el honroso

privilegio que los distingue de los otros,

sirva solamen te para hacerlos mas hum il–

des, mas dependientes de Dios, mas aten–

tos a su voz ,

y

mas fieles a seguirla.

4

No por cierto , no pienses en esto;

porque tú has sido un hombre guerrero,

y

que has derramado mucha sangre. hu–

'mana , aunque haya sido de infieles ,

y

en

guerras justas

y

legítimas;

y

así no te cor-

sa de cedro

1

,

'v el Arca de D ios

está colocada debaxo de pieles?

3 Y

Nathán dixo al Rey:

Ve, y haz

z

todo lo que está en

~u

corazon ; porque el Señor es

contigo

3 •

4

Y

aconteció aquella mis–

ma noche, que el Señor habló

a N athán , diciendo:

5 Ve, y di a ,¡pi siervo Da–

vid : Esto dice el Señor: ¿Se–

rás tú por vel)tura el que me

labre una casa

4

para que yo

la habite?

·

6

Pues no he habitado en casa

desde el dia en que saqué a los hijos

de Israél de tierra de Egy pto hasta

el de hoy; sino que he andado ba–

xo de un pabellon, y de una tienda.

7

En todos los lugares

.s

por

responde el

f.1bric~r

un T emplo al Dios

a–

mador de la paz : esta honra está reserva–

d~

para

tu

hijo

¡

que será un Príncipe

pacifico ,

y

que represent!árá

a

Jesu Chris–

to en su gloria , así como tú combatien–

do

y

sufriendo le representas en los tra–

bajos de su vida mortal.

J.

Pm·alipomm,

XXIJ .

r8.

s

Ea el

r. de los P aralip.

X V II.

6.

se lee lo siguiente :

¿Por vmtura hablé

yo ni siquiera a uno

d~

los .Jueus , a

quienes e

ncarg

ut la conduEla

d~

mi Pue–

blo....

Lo

qu.tl

sirve para declarar el sen–

tido de este lugar. L a T ribu, de la que

tomaba el Señor el Caudillo o J uez para

que gobernase su Pueblo , Yenia en cier–

to modo a tener el Principado

~obre

las

otras. El Señor dice a Dwid lo siguiente:

Mira , en tiempos pa·sados aunque yo es–

cogía

y

ponía Caudillos sobre mi Pueblo,

tomándolos ya de una ,

ya

de otra

d~

las

T ribus, no por eso encargué a alguno d.::

aquellos grandes hombres que me edifi–

case un T emplo digno de mi nombre; si–

no que mi Arca era llevada de un lugar a

otro , segun la necesidad

y

las circumt.m–

cias lo pedian ,

y

habitaba eo un pabcllon

cubierto de pieles : ni por . eso dexé de