CA P
1
T U IL•O V.
,t,
Uf
CAP 1 TUL O V.
l ),
David es ungido R ey
,
y r,econocido por todo Israét
:
echa de
J~rllsalem
a los J ebuséos, toma la Fortaleza de Sión, labra allí
tm
Palacio , y
asienta en él su residencia. Embaxada de Hirám R ey de Tyro. Los
Philisthéos vienen contra él dos veces,
y
los derrota y despoja.
·
1
Et
venerunt
universae
Tribus Israel ad David in He–
bron , dicentes : Ecce nos • , o.s
tuum , et caro tua sumus.
2
Sed et herí et nudiuster–
tius , cum esset Saul Rex super
nos , tu eras educens et reducens
Israel : dixit autem Dominus ad
te : Tu pasees Populum meum
I srael, et tu eris dux super Is–
rael.
3 Venerunt quoque et senio–
res Israel ad Regem in Hebron,
et percussit cum eis R-ex
Da~\d
foedus in Hebron coram Domt–
no : uoxeruntque David in Re–
gem super Israel
b,
1
MS, 7·
E tus co/!11ales.
De la mis–
ma sangre
y
Pueblo , hijos todos de J a–
cob , llamado rambien I sraél ;
y
nosotros
os respetamos con la misma sumision
y
obediencia que los de la Tribu de Judá.
• Conduciéndolo a las batallas y com·
bates ,
y
trayéndolo viél:orioso.
J
Esta es una phrase de que usaban
a
cada paso los antiguos , llamando al Rey
Pastor de los Pueblos, como se ve en Ho–
MERO.
Un Soberano en sus Estados, un
Gobernador en su Pro,·incia ,
y
nn Señor
en su tierra , es un Pastor
a
quien se ha
encargado el cuidado
y
conduél:a de un
ganado. Sus inferiores le deben la sumi–
sion
y
la obediencia ; pero él les es deu–
dor del mas tierno afeél:o , de una parti–
cular atencion sobre sus necesidades , de
a
1.
P
aralip.
XI.
I.
1
Y
vinieron todas las Tri–
bus de Israél ·a Davj,Q en Hebrón,
diciendo: Henos aq1fí, que somos
tus huesos y tu carne
1 •
2
Y aun ayer y ántes de ayer,
quando Saul era Rey sobre noso–
tros, eras tú el que conducías
2
y
volvías a Tsraél: y a
tí
te dixo el
Señor: Tú pastorearás
3
a mi
Pue~
blo de Israél , y tú serás el Cau–
dillo de Israél.
3 Vinieron tambien los An–
cianos
4
de Israél a buscar al Rey
en Hebrón , y el Rey Da vid hizo
alianza con ellos
s
delante del Se–
ñor ; y ungiéronle Rey sobre Is–
raél.
una solicitud contínua para mantener en–
tre ellos el buen órden y la paz ,
y
para
procurarles por todos los medios la abun–
dancia y la
~eguridad
; en una palabra él
se debe a ellos todo entero , para conducir–
los a esta felicidad temporal , que es el
fin del gobierno político. Estas obligacio–
·nes no solo las confirma, sino que las
exi–
ge la rcligion Christiana , y Jas santifica
para fines mas elevados.
4
Los Senadores del gran Sanedrin.
s
El Rey por su ¡;>arte les juró que
gobernaria al Pueblo , conforme en todo
a lo que el Señor tenia ordenado :
D<'llt.
x vu .
14. 15....
y
los
Ancianos por la su–
ya en nombre de todo el Pueblo le pro–
metieron y
juo·aron fidelidad y obedien–
cia.
1.
Paralip.
xxvi.
27.
2~.
b
Supra
IJ,
4·