LIBRO PRIMERO DE LOS REYES.
C A.P 1 T U L O X X X
l.
Batalla entre los Israelitas
y
los Philisthéos,
y
derrota de Israél. Mue–
re S aul
y
sus hijos,
y
muchos de los priucipales de su exército. Los
Philisthéos cortar¡ la cabeza a Saul
y
a sus hijos. Los 4e Jabés
los entierran cerca de su Ciudad.
1
P
hilisthiim autem pug–
nabant adve"*"um lsrael: et fuge–
runt viri Tsrael
ante
faciem
Philisthiim , et ceciderunt inter–
feéU in monte Gelboe.
2
Irrueruntque
R
Philisthiim
in Saul et
in fil ios eius , et
percusserunt
lonathan
et A–
binadab
et Melchisua
,
filios
Saul;
3 Totumque pondus praelii
versum est in Saul : et consecu–
ti sunt eum viri sagittarii , et
vulneratus es vehementer a sa:
~ittariis.
4 Dixitque
¡,
Saul ad armige–
rum suum : Evagina glad ium
tuum , et
ercute
: ne forte
veniant incircumcisi isti , et in–
t erficiant me , illudentes mihi.
E t noluit armiger eius : fuerat
enim nimio terrore perterritus:
a rripuit itaque Saul gladium , et
irru it super eum.
5
Quod cum vidisset armi-
D istante solo dos millas del mon-
te Thabór.
• MS.
7·
E afincaron.
3
MS.
3.
E estócame con ella.
4
MS. 7·
E 11conado.
T emía que los
P hilisthéos le tomasen vivo , y reservasen
para· insultarle y escaroecerle , como a–
costumbraban hacer en aquellos tiempos
con los R eyes que hacian prisioneros en
n
1.
Paralip. x.
2 .
1
Mas los Philisthéos vinie–
ron a las manos con los Israelitas:
y
hu
y
eron los varones de Israél
delante de los Philisthéos, y mu–
rieron en el monte de Gelboé
1 •
2
Y
los Philisthéos .se echa–
ron
2
sobre Saul y sobre sus hi–
jos,
y
mataron a Jonathás y a
Abinadáb y a Melquisua , hijos
de Saul ;
·
3 Y todo el peso del com–
bate cargó sobre Saul :
y
al–
canzáronle los ballesteros , los
quales le hirieron muy grave–
mente.
4
Y
dixo Saul a su Escudero:
Sac tu espada, y atraviésame con
ella
3 ;
porque no lleguen estos in–
circuncisos
4,
y me quiten la vida
haciendo escunio de ,mi. Mas el
Escudero no quiso hacerlo ; porque
se veía sobrecogido de un excesivo
terror: entónces tomó Saul su es–
pada , y dexóse caer sobre ella.
5 Lo qual visto por su Es-
las batallas. De esto tenemos repetidos
exemplos en J osu B
V III.
29. x.
24.
l u–
die.
1.
7·
VII I.
21..
Pero esto no se pue–
de jamas cohonestar por
C3USa
alguna,
aunque parezca urgente para un semejante
atentado ; porque nadie es d ueño de su
propia vida, ni se la puede quitar en qual–
quier apuro que se vea. Véase S.
AGOSTIN
de Civit. D d Lib.
1.
Cap.
x v11.
b
1.
Paralip. x.
4·