LIBRO PRIMERO DE LOS REYES.
2
Et surrexit David, et abiit
ipse et sexcenti viri cum eo ad A–
chis filium Maoch Regem Geth.
3 Et habitavit David cumA–
quis in Geth, ipse et viri eius;
vir et domus eius; et David , et
duae uxores eius, Achinoam Iez–
rahelitis, et Abigail uxor Nabal
Carmeli.
·
4 Et nunciatum est Sauli quod
fugisset
Da~·
in Geth, et non ad–
didit ultra quaerere eum.
5 Dixit autem David ad A–
chis : Si inveni gratiam in ocu–
lis tuis , detur mihi locus in una
Urbium regionis huius ut habi–
tem ibi: ¿cur enim manet servus
tuus in Civitate Regís tecum?
6 Dedit itaque ei Achis in die
illa Stceleg: propter. quam cau–
sam faéta est Siceleg Regum lu–
da usque in diem hanc.
7 Fuit aute
numerus die-
rum quibús h b"
t'a
it David in
regione Philisthinorum, quatuor
mensium.
1
Ya había estado en la Corre de es–
te Rey con gran peligro de su vida, co–
mo hemos visto en el Cap. xxr. ro. Y así
es de creer que ánces de pasar a ofrecer–
le sus servicios trataría con él
,
para ha–
llar en su Reyno
la
seguridad que no ha–
bía hallado la primera vez : y Aquis tanto
mas se alegraría de hacer esta alianza con
D avid , viendo la grande utilidad
y
ven–
taja que resultaba a su Pueblo de separar
de Saul al hombre mas valiente que tenia
en su Reyno , acompañado de un trozo
de gente intrépida , la qua! jamas volvió
las espaldas a los peligros.
• David apoyo con una sola razon
la pretension que tenia con Aquis, esto
es , que un desterrado como él no mere–
cía tener la honra de habitar en la mis–
ma Corre del Rey : de no hacerse sospe–
choso , y causar zelos , viéndole con un
2
YpartióDavid,yfuéseély
sus seiscientos hombres a Aquis'
hijo de Maóch Rey de Geth.
3 Y moró David con Aquis
en Geth, él y los suyos; cada uno
con sus familias; y David con sus
dos mugeres , Aquinoam de Jez–
rahél ,
y
Abigaíl muger que fué
de N abál del Carmelo.
4 Y fué dado aviso a Saul co–
mo David babia huido a Geth,
y
no se cuidó mas de buscarlo.
5 Mas David dixo a Aquis: Si
he hallado gracia en tus ojos , da–
me lugar en una de las Ciudades
de esta tierra para morar en ella;
¿ pues a qué fin ha de estar tu sier–
vo contigo
2
en la Ciudad Real?
6 Con esto Aquis dióle aquel
día a Sicelég; y por esta causa
vi–
no a ser Sicelég
3
de los Reyes de
J
udá hasta el dia de hoy.
7 Y el tiempo que David
vi–
vió en la tierra de los Philis–
théos
4,
fué el espacio de qua–
tro meses.
cuerpo de seiscientos hombres que no se
apartaban de su lado ,
y
de que pudiese
sobrevenir alguna contestacion entre sus
gentes
y
los Philisthéos. Pero la princi–
pal razon que tuvo para esto , fué sin du–
da apartar a los suyos de la vist<l de los
sacrificios profanos ,
y
no exponerlos al
peligro de pervertirse y de idolatrar.
3
Esta Ciudad tocó primeramente a la
Tribu·de Jud.í, pasó despues al dominio de
Simeón; JosuB xv. 31.
xix.
5· mas pa–
rece que hasta enrónces se había comer–
vado baxo el poder de los Philisthéos.
4
El Hebréo :
Dias
J'
quatro meses:
lo que algunos Intérpretes exponen
tm
año
y
qu.ttro me.ses;
y
esto parece con–
forme a lo que se lee en el Cap. xxrx.
3·
que dixo Aquis a sus Cortesanos. Y a la
verdad bien fué necesario todo este tiem–
po para lo que hizo David miéntras per-