LIBRO PRIMERO DE LOS R.EYES.
mientem in ten torio, et has.tam
fixam in terra ad caput eius: Ab–
ner autem et Populum dormien–
tes in circuitu eius.
8 Dixitque Abisai ad David:
Conclusit Deus inimicuro tuum
hodie in manus tuas : nunc er–
go perfodiam eum lancea in ter–
ra seroel , et secundo opus non
erit.
.
9
Et
d~
David ad Abisai:
N e interficias euro: ¿quis enim
extendet manum suam in chri–
stum Domini , et innocens erit?
10
Et dixit David: Vivit Do–
minus, quía nisi Dominus per–
cusserit euro, aut dies eius vene–
rit ut moriatur, aut in praelium
descendens perierit:
11
Propitius sit mihi Domi–
nas ne elftendam manum meam
in christum Domini : mine igi–
tur talle
stam quae est ad ca-
1
put eius, et se phúm aq ae, et
abeamus.
12
Tulit
igitur David ha–
stam , e
se
1um aquae
qui
erat ad
aput
aul , e
~b:ierunt:
et non erat quisquam qui vi–
deret, et intelligeret , et evigi–
laret , sed
orones dormiebant,
quia sopor Domini irruerat su–
per eos.
13
Cumque transisset David
ex adverso, et stetisset in vertí–
ce montis de longe, et esset gran–
de intervallum inter eos,
1
Esta es una cxpresion Hebréa , que
significa un golpe dado con grande vio–
lencia , capaz de atravesarle de parte a
•parte ,
y
aun de clavarle contra la tierra.
•
Indica tres modos con que suele a–
caecer
la
muerte : o por enfermedad , o
por vejez
1
o por algun inciden re extraer-
durmiendo en su tien9a ,'
y
su
lanza hincada en tierra a su
ca~
becera ; y a Abnér y a la otra
gente que dormia al rededor de él.
8 Y dixo Abisal a David:
Dios ha puesto hoy en tus manos
a tu enemigo : yo ahora de un
solo golpe de lanza lo coseré con
la tierra ' , y no será menester
el
segundo.
9
Mas David dixo a Abisal:.
N o le quites la vida;¿ porque quién
e_xtenderá su mano contra
el
ungi–
do del Señor, y será sin culpa?
10
Y dixo David: Vive el Se–
ñor , que ménos que
el
Señor no·
le mate, o que llegue ·el día de su
muerte , o que estando en batalla
perezca
2
~
11
El Señor me haga
la
gra–
cia que yo no extienda mi mano
contra el ungido del Señor : aho–
ra bien toma
~a
lanza que está
a su cabecera , y el
va~o
del
agua ,
y
vámonos.
ú
Tomó pues David la lanza,
y el vaso del agua que estaba a la
cabecera de Saul , y retiráronse:
y
no hubo a.l;,;uno que los viese,
ni que lo entendiese, ni estuvie–
se despierto , sino que todos dor–
mían , porque estaban sumergi–
dos en un profundo sueño
3.
·
1.3 ·
Y quando David hl.lbo pa–
sado de la otra parte , parándose
a lo léjos en lo alto del monte,
y
habiendo entre ellos gran trecho
4 ,
dinario ; como guerra, caida u otros.
·
3
Que Dios envi6 sobre ellos.
Sopor
Domini
se ha de entender como
mo11S
Dá
,
cedri Dei,
y
erras expresiones se–
meja nres de que hemos hablado
ya
eu o–
tros lugares. O
sopor a D omino misms.
•
F ERRAR .
Mucho el lu¿ar mtre ellos.