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132

LIBRO

PRIMERO DE LOS REYES.

cedite nie

ecce ego post ter–

guro sequar vos: viro autem suo

Nabal non indicavit.

20

Cum ergo ascendisset asi–

num , et descenderet ad radices

111ontis , David et viri eius de–

~cenderant

in occursum eius: qui–

bus et illa occurrit.

21

Et ait David: Vere fru–

stra servavi omnia quae huius

erant in

d~rto,

et non periit

quidquam de cunél:is quae ad eum

pertinebant : et

reddidit mihi

malum pro bono.

22

Haec faciat Deus inimi–

cis David , et haec addat , si

reliquero de omnibus quae ad ip–

sum pertinent usque mane, mln–

gentem ad parletem.

23

Cum autem vidlsset Abi–

gail David , festinavit , et de–

scendit de -as-ino , et procidit

coram D vld super faciem suam,

et adoraVit uper terram.

delante de

mí;

que yo .os seguiré

luego: mas no dixo nada a N abál

su marido.

20

Y habiendo subido sobre

un asno, quando descendía a las

ralees del monte, David y sus

gentes venían hácia ella ; y en–

contróse con ellos

1 •

2

r

_Y dixo David: De verdad

he guardado en vano todo lo que

este tenia en el desierto , sin que

haya perecido nada de quanto

era suyo ; y él me ha vuelto mal

por bien.

22

Esto haga Dios , y aun

acreciente a los enemigos de Da–

vid, si de todo aquello que le per–

tenece le dexare yo

vivo

de aquí

a mañana , ni hombre ni bestia

2 •

23

Mas Abigaíl luego que

vió a David, baxó prontamente

de~

asno ,

y

postrándose delante

de David sobre su rostro, le hizo

una profunda reverencia.

~~

tiempo : ag,uMcfa

con paciencia las oca–

siones de hablarles con provecho : reme–

diar en quanto puedan con su sabiduría

y

cordura los desórdenes de su vida ;

y

sobre todo recurrir a la misericordia de

J

esu Christo , humillándose profundamen–

te en su presencia,

y

aplacándole con

sus oraciones

y

limosnas.

1

David baxaba del monte de Pharán,

y

Abigaíl del Carmelo ;

y

así es creible

qne se encontrasen en el valle que divi–

dia los dos montes.

• A la letra:

Hasta el que vierte a–

guas a la pared.

Lo que se entiende de

Jos hombres y de las bestias , en espe–

cial de los perros que lo suelen hacer así.

Es locucion proverbial.

El

Hebréo

l'.~!f':'

n1aschtúz,

ue

canem

quidem;

y de aquí

se deriva esta palabra Castellana. Y en es–

te sentido es una expresion hyperbólica y

proverbial en boca

de D

avid , queriendo

dar a entender con

el.Ja

que no dexaria

con vida a ninguno

de la

familia de Na–

bál, ni siquiera un perro. Otros la cntien-

den de los hombres solamente. Aunque

David en esta ocasion tenia sobrada razon

para sentir los insultos

y

desprecios de

N abál, y aun pira tomar una proporcio–

nada satisf.1ccion ; pero de ningun modo .

se puede justificar la resolucion sangrien–

ta que le hizo tomar la cólera , ni el jura–

mento con que la acompañó. Esto es lo

que Abigaíl le dió a entender con una ma–

nera llena de luz

y

de sabiduría , y lo

que el mismo David reconoce

y

confiesa

despues, dando gracias al Señor, porque

le babia apartado de la execucion de lo que

habia resuelto. Tanto es verdad que debe–

mos estar en vela sobre nuestras pasiones,

para no dexarnos arrebatar de su violen–

cia. No hay exceso de que no sea capaz

el hombre por muy santo que sea, quan–

do es dexado en las manos de su consejo. ·

P ero al mismo 'tiempo ctuando

la

bondad

del Señor le hace conocer el abysmo en

que va a precipitarse, admira con un vi–

vo reconocimiento la misericordiosa ma–

no del que le ha detenido y preservado•

L