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130

LIBRO PRIMERO DE LOS REYES.

veniant

pueri

tui gratiam

in

oculi~

tuis

·=

in die enim bona

venimus : quodcumque

invene–

r

i

t man us tua , da servis tuis , et

:filio tuo David.

9 Cumque venissent pueri

David , locuti sunt ad Nabal

omnia

verba haec ex nomine

David ; et siluerunt.

10

Respondens autem Nabal

pueris

Davi~.ait:

¿ Quis est Da–

vid? ¿ et quis est :filias Isai? ho–

die increverunt serví qui fugiunt

dominos suos.

1

r

¿Tol.lam ergo panes meos,

et aquas meas, et carnes peco–

rum quae occidi tonsoribus meis,

et dabo viris quos nescio unde

sint?

• 12

Regressi sunt itaque pue–

ri. David per viam suam, et re–

versi venerunt, et nunciaverunt

ei omnia

erba quae dixerat.

13

T~ncaitDa

id puerissuis:

Accingarur unusquisque gladio

Porque los dias del esquileo eran

dias de alegría

y

de festines ;

11.

Reg.

Jull.

24.

27.

y

todavía se guarda esta

costumbre. Parece se llama David

!tijo

por causa de la mayor edad de Nabál.

Esperando la respuesta.

3

MS.

3. Que se aportilla/l.

Nabál

añade a la dureza el insulto

y

el ultraje.

En lugar de declararse a favor de un afli–

gido ,

y

de socorrer al que veía oprimido

injustamente , tomó el partido del mas

fuerte ,

y

trató de enemigo público y de

esclavo fugitivo de su amo al que vivia

en la inocencia, sin hacer daño a ningu–

no ,

y

conservando sentim,ientos de afec–

to

y

de ternura hácia aquellos mismos

que le aborrecían sin motivo. Pero Da–

vid estaba en desgracia , y N abál lo cree–

ría arriesgado todo si se declaraba por

él : por esto y por la dureza de su cora–

zon le juzgó indigno de socorro ,

y

des–

echó sus ruegos con el mayor desprecio.

siervos gracia en tus ojos; puesto

que en tan buena sazon hemos

venido ' : da a tus siervos y a

tu hijo David qualquier cosa

que tuvieres a mano.

9 Y llegando los mozos de

David , di,xeron a Nabál todas

estas cosas de parte de David;

y callaron

2 •

10

Mas N abál respondió a los

criados de David, y dixo: ¿Quién

es David? ¿y quién es el hijo de

Isaí? hoy se-han multiplicado los

siervos que liuyen de sus señores

3 •

I I

¿Tomaré yo ahora mi pan,

y

mi agua,

y

la carne de las ovejas

que he hecho matar para mis es–

quiladores, y lo daré a unos hom–

bres que no sé de donde son 4?

12

Volvieron pues los mozos

de David a- tomar su camino, y

hablendo llegado, le contaron to–

das las palabras que babia dicho.

13 EntiDhces David dixo a sus

gentes: Tome cada uno su espada.

4

Nabál derrama caudales

inmensos

en magníficos

fes~nes

,

y

al mismo tiem–

po se niega con dureza y con insulto a

dar un corto socorro a un desp:raciado.

¡

Quánros ricos hay que nada rehusan ni

sienten que se

~aste

quando se trata de

satisfacer sus pas10nes, o de dar una prue–

ba de su generosidad

y magnif

icencia!

¿Pero quánta dureza y

crueld.td

mues-–

tran negando una corta limosna a sus her·

manos , que se hallan destituidos ele so–

corro? El verdadero David les envia sus

pobres , para pedirles en su nombre una

parte de lo que reciben de su liberalidad:

les desea

y

les ofrece la paz : su limosna

traeria sobre ellos , sobre su familia

y

so–

bre sus bienes

la bendicion del Ciclo.

Pero ellos léjos de ayudarlos, los dese–

chan con desprecio , tratándolos de va–

gamundos y phJnáticos ,

y

buscando en

los mismos vicios que les imputan un pre·

texto aparente para encubrir su dureza.