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LIBRO PRIMERO DE LOS REYES.
veniant
pueri
tui gratiam
in
oculi~
tuis
·=
in die enim bona
venimus : quodcumque
invene–
r
i
t man us tua , da servis tuis , et
:filio tuo David.
9 Cumque venissent pueri
David , locuti sunt ad Nabal
omnia
verba haec ex nomine
David ; et siluerunt.
10
Respondens autem Nabal
pueris
Davi~.ait:
¿ Quis est Da–
vid? ¿ et quis est :filias Isai? ho–
die increverunt serví qui fugiunt
dominos suos.
1
r
¿Tol.lam ergo panes meos,
et aquas meas, et carnes peco–
rum quae occidi tonsoribus meis,
et dabo viris quos nescio unde
sint?
• 12
Regressi sunt itaque pue–
ri. David per viam suam, et re–
versi venerunt, et nunciaverunt
ei omnia
erba quae dixerat.
13
T~ncaitDa
id puerissuis:
Accingarur unusquisque gladio
•
Porque los dias del esquileo eran
dias de alegría
y
de festines ;
11.
Reg.
Jull.
24.
27.
y
todavía se guarda esta
costumbre. Parece se llama David
!tijo
por causa de la mayor edad de Nabál.
•
Esperando la respuesta.
3
MS.
3. Que se aportilla/l.
Nabál
añade a la dureza el insulto
y
el ultraje.
En lugar de declararse a favor de un afli–
gido ,
y
de socorrer al que veía oprimido
injustamente , tomó el partido del mas
fuerte ,
y
trató de enemigo público y de
esclavo fugitivo de su amo al que vivia
en la inocencia, sin hacer daño a ningu–
no ,
y
conservando sentim,ientos de afec–
to
y
de ternura hácia aquellos mismos
que le aborrecían sin motivo. Pero Da–
vid estaba en desgracia , y N abál lo cree–
ría arriesgado todo si se declaraba por
él : por esto y por la dureza de su cora–
zon le juzgó indigno de socorro ,
y
des–
echó sus ruegos con el mayor desprecio.
siervos gracia en tus ojos; puesto
que en tan buena sazon hemos
venido ' : da a tus siervos y a
tu hijo David qualquier cosa
que tuvieres a mano.
9 Y llegando los mozos de
David , di,xeron a Nabál todas
estas cosas de parte de David;
y callaron
2 •
10
Mas N abál respondió a los
criados de David, y dixo: ¿Quién
es David? ¿y quién es el hijo de
Isaí? hoy se-han multiplicado los
siervos que liuyen de sus señores
3 •
I I
¿Tomaré yo ahora mi pan,
y
mi agua,
y
la carne de las ovejas
que he hecho matar para mis es–
quiladores, y lo daré a unos hom–
bres que no sé de donde son 4?
12
Volvieron pues los mozos
de David a- tomar su camino, y
hablendo llegado, le contaron to–
das las palabras que babia dicho.
13 EntiDhces David dixo a sus
gentes: Tome cada uno su espada.
4
Nabál derrama caudales
inmensos
en magníficos
fes~nes
,
y
al mismo tiem–
po se niega con dureza y con insulto a
dar un corto socorro a un desp:raciado.
¡
Quánros ricos hay que nada rehusan ni
sienten que se
~aste
quando se trata de
satisfacer sus pas10nes, o de dar una prue–
ba de su generosidad
y magnificencia!
¿Pero quánta dureza y
crueld.tdmues-–
tran negando una corta limosna a sus her·
manos , que se hallan destituidos ele so–
corro? El verdadero David les envia sus
pobres , para pedirles en su nombre una
parte de lo que reciben de su liberalidad:
les desea
y
les ofrece la paz : su limosna
traeria sobre ellos , sobre su familia
y
so–
bre sus bienes
la bendicion del Ciclo.
Pero ellos léjos de ayudarlos, los dese–
chan con desprecio , tratándolos de va–
gamundos y phJnáticos ,
y
buscando en
los mismos vicios que les imputan un pre·
texto aparente para encubrir su dureza.