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LIBRO

PRIMERO DE LOS REYES.

si:t eos ut consurgerent in Saul:

porro Saul exurgens de spelun–

ca , pergebat coepto itinere.

9

Surrexit autem et David

post eum : et egressus de spelun–

ca , clamavit post tergurn Saul,

dicens :Domine mi Rex; Et res–

pexit Saul post se : et inclinaos

se David pronus in terram , ado–

ravit,

ro

Dixij¡¡¡.le ad Saul : ¿Qua–

re audis vefba hominum loquen–

tium :David quaerit malum ad–

versum te?

1 1

Ecce hodie. viderunt o–

culi tui quod tradiderit te Do–

minus in manu mea in spelun–

ca , et cogitavi ut occiderem te,

sed peper<;:it

tibi oculus meus;

dixi enim: Non extendam ma–

num meam in dominum meum;

quia christus Domini est.

12

Qain potius , pater mi,

vide , e cognosce oram chlamy–

dis tuae in manu mea: quoniam

cum praescinderem

summitat~

chlam

is tuae ,

olui extendere

manum meam in te: animadver–

te, et vide , quoniam non est

in manu mea malum neque ini–

quitas, neque peccavi in te: tu

autem insidiaris animae meae ut

auferas eam.

-

13

Iudicet Dominus inter me

et te , et ulciscatur me Domi–

nus ex te : manus autem mea non

sit

in te.

14

Sicut et in proverbio an–

tiguo dicitur : Ab impiis egredie-

1

No es ageno de la humild ad de Da–

vid el confesar que tuvo semejante pen–

samiento ; pero al mismo tiempo mani–

~esta

su grande

generosid.td

de ánimo

y

smgular virtud

de haberle de

sechado in-

mitió que se echasen''sobre Saul:

por Jo qual Saul saliendo de, 1a

cueva, continuaba stt camino.

9

Mas levantóse tambienDa–

vid en pos de él; y des pues de ha–

ber salido de la cueva, dió voces 'a

espaldas de Saul,diciendo: Mi Rey

y señor.

Y

Saul volvió lacabeza; e

inclinándose David hasta la tier–

ra,le hizo una profunda reverencia;

ro

Y

dixo a Saul: ¿Por qué

das oidos a las palabras de los

que dicen: David intenta el ha–

certe mal?

1

r

He aquí hoy· han visto

tus ojos como el Señor

te ha

puesto en mi mano en la cueva,

y

tuve el pensamiento

1

de ma–

tarte , pero no lo quise hacer;

porque dixe:

~o

extenderé mi

mano contra mi señor ; porque

es

el ungido del Señor.

12

Antes bien observa, padre

mio , y reconoce si es la orla de

tu manto la que está en mi mano:

y que cortando la extremidad de

tu manto, no quise extender mi

mano contra

tí:

advierte pues, y

mira, como

n~is

manos están lim–

pias de mal y de iniquidad , y

que no he pecado contra

tí:

mas

tú andas ' asechando mi vida pa–

ra quitármela.

13 J

uzgue el Señor entre mí

y

ent.re

tí ,

y véngueme el Se–

ñ

or de

tí : mas mi mano jamas

sea contra

tí.

r

4 Pues segun dice un anti–

guo proverbio: De los impíos sal..:

mediatamente

1

como lo d ice dcspues el

H ebréo

;P~)

veamcír,

J'

dixo

alguno de

mis soldados que re m.ttase. El sentido

del Hebréo se coníirmd muy bien con lo

que expresamente se dice en el v. 7·