CAPITULO'
XXIII.
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dent me ' viri Ceilae , et vi–
ro¡¡ qui sunt mecum
in ma–
nus Saul ? Et dixit Dominus:
Tradent.
13 Surrexit ergo David et
viri eius quasi sexcenti, et egres–
si de Ceila , huc atque illuc va–
gabantur
incerti : nunciatum–
que est Sauli quod fugisset Da–
vid de Ceila , et salvatus es–
set : quam ob rem dissimulaVit
exire.
'
14 Morabatur autem David
in deserto in locis firmissimis,
mansitque in monte solitudinis
Ziph, in monte opaco : quaere–
bat eum tamen Saul cunétis die–
bus : et non tradidit eum Deus
in manus eius.
·
15
Et vidit David quod e–
gressus esset Saul ut quaereret
animam eius. Porro David erat
in deserto Ziph in silva.
16 Et su rrexit Ionathas fi–
lius Saul , et abiit ad David ·n
silvam , et confortavit manus
eius in Deo , dixirq e ei:
17 Ne timeas : neque enim
inveniet te
roan~
Saul patris
mei, et tu regnabis super Israel,
•
Este es el pago que hay que espe–
rar de aquellos que no conocen otro in–
teres que el propio suyo ; pues por él
~acritican
las
leyes mas sagradas de la
amistad , de la gratitud y de la obligacion.
• Así exercita Dios algunas veces la
virtud de sus mas fiel es siervos , no de–
xándoles otro apoyo que el de su fe y
el del testimonio de su conciencia , para
<JUe poniendo en Dios toda su confianza,
conozcan que de él solo les ha de venir
la libertad y el remedio.
3
Que tomaba' el nombre de una Ciu–
dad en la Tribu de Judá·,
y
estaba veci–
no a la Iduméa.
4
Trayéndole a la memoria las pro–
Tom.Ill.
dores de Ceila me entregarán a .
mí,
y a la gente que está conmi–
go en manos de Saul? Y respon–
dió el Señor: Os entregarán
1 •
~
13
L~vantóse
entónces Davi d
y lo$ suyos que eran como unos
seiscien ros hombres , y saliendo
de Ceila , marchaban
inciertos
acá y acuila • : y fué dado aviso a
Saul que David había huido de
Ceila , y se había
vado : por lo
qual aparentó que no quería salir.
14
Y David moraba en el
desierto en luga res muy segu–
ros,
y
se quedó en el monte
del desierto de Ziph
3 ,
monte
espeso : y Saul lo buscaba sin
cesar ; mas Dios no le puso en
sus manos.
15 Y vió David que Saul ha–
bía salido en demanda de su vida.
Mas David se estaba en el desier,
to de Ziph en un bosque.
16 Y levantóse Jonathás hijo
de Sal'll, y fué a buscar a David
al bosque, y le alentó mucho en
Dios
<~-,
y díxole:
17 No temas; porque no te
hallará la mano de Saul mi pa–
dre , y tú reynarás sobre lsraél,
mesas que Dios le había hecho : o reno–
vando la alianu que habian tratado en el
nombre del Señor : o le consoló muy
mucho ; porque se usa la voz
Dios
pa–
ra dar
idea de una cosa grande. Esta
es otra nueva
prueba de la constante
amistad de J onathás. Quanro mas se em–
peña Saul en dar muestras de su odio
contra David , con tanto mayor afcfro
le estrecha J onathás en su corazon. Saul
le
busca para quitarle la vida , y no le
halla. Dios que le oculta al nno , lo des–
cubre al otro. La recompensa que este Se–
ñor da a los que -le aman, es que sean ama–
dos de los que son sus amigos. S. AcusT.
Sé bueno,y tendrás
m tu
favor los buenos.
Q