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CAPITULO'

XXIII.

121

dent me ' viri Ceilae , et vi–

ro¡¡ qui sunt mecum

in ma–

nus Saul ? Et dixit Dominus:

Tradent.

13 Surrexit ergo David et

viri eius quasi sexcenti, et egres–

si de Ceila , huc atque illuc va–

gabantur

incerti : nunciatum–

que est Sauli quod fugisset Da–

vid de Ceila , et salvatus es–

set : quam ob rem dissimulaVit

exire.

'

14 Morabatur autem David

in deserto in locis firmissimis,

mansitque in monte solitudinis

Ziph, in monte opaco : quaere–

bat eum tamen Saul cunétis die–

bus : et non tradidit eum Deus

in manus eius.

·

15

Et vidit David quod e–

gressus esset Saul ut quaereret

animam eius. Porro David erat

in deserto Ziph in silva.

16 Et su rrexit Ionathas fi–

lius Saul , et abiit ad David ·n

silvam , et confortavit manus

eius in Deo , dixirq e ei:

17 Ne timeas : neque enim

inveniet te

roan~

Saul patris

mei, et tu regnabis super Israel,

Este es el pago que hay que espe–

rar de aquellos que no conocen otro in–

teres que el propio suyo ; pues por él

~acritican

las

leyes mas sagradas de la

amistad , de la gratitud y de la obligacion.

• Así exercita Dios algunas veces la

virtud de sus mas fiel es siervos , no de–

xándoles otro apoyo que el de su fe y

el del testimonio de su conciencia , para

<JUe poniendo en Dios toda su confianza,

conozcan que de él solo les ha de venir

la libertad y el remedio.

3

Que tomaba' el nombre de una Ciu–

dad en la Tribu de Judá·,

y

estaba veci–

no a la Iduméa.

4

Trayéndole a la memoria las pro–

Tom.Ill.

dores de Ceila me entregarán a .

mí,

y a la gente que está conmi–

go en manos de Saul? Y respon–

dió el Señor: Os entregarán

1 •

~

13

L~vantóse

entónces Davi d

y lo$ suyos que eran como unos

seiscien ros hombres , y saliendo

de Ceila , marchaban

inciertos

acá y acuila • : y fué dado aviso a

Saul que David había huido de

Ceila , y se había

vado : por lo

qual aparentó que no quería salir.

14

Y David moraba en el

desierto en luga res muy segu–

ros,

y

se quedó en el monte

del desierto de Ziph

3 ,

monte

espeso : y Saul lo buscaba sin

cesar ; mas Dios no le puso en

sus manos.

15 Y vió David que Saul ha–

bía salido en demanda de su vida.

Mas David se estaba en el desier,

to de Ziph en un bosque.

16 Y levantóse Jonathás hijo

de Sal'll, y fué a buscar a David

al bosque, y le alentó mucho en

Dios

<~-,

y díxole:

17 No temas; porque no te

hallará la mano de Saul mi pa–

dre , y tú reynarás sobre lsraél,

mesas que Dios le había hecho : o reno–

vando la alianu que habian tratado en el

nombre del Señor : o le consoló muy

mucho ; porque se usa la voz

Dios

pa–

ra dar

idea de una cosa grande. Esta

es otra nueva

prueba de la constante

amistad de J onathás. Quanro mas se em–

peña Saul en dar muestras de su odio

contra David , con tanto mayor afcfro

le estrecha J onathás en su corazon. Saul

le

busca para quitarle la vida , y no le

halla. Dios que le oculta al nno , lo des–

cubre al otro. La recompensa que este Se–

ñor da a los que -le aman, es que sean ama–

dos de los que son sus amigos. S. AcusT.

Sé bueno,y tendrás

m tu

favor los buenos.

Q