!lo6
EL APOCALYPSIS
D E L
APOSTOL S. JUAN.
jaspid!s : secundum sapphirus:
terti um calcedonius : quahum
smaragdus :
2 0
Q uio tum sardonyx : sex–
t um sa rdius : septi¡num chryso–
l ithus : oél:avum beryllus : no–
num topat.ius : decimum chry–
soprasus : undeci mum hyacin–
thus : d uodecimum amethystus.
2 1
E t
du~ecim
portae duo–
decim rnarga ri tae sunt, per sin–
gulas : et sing ulae portae erant
ex sing ulis margaritis: et pla–
tea Civitatis aurum mundum,
t amqua m vi trum perlucidum.
22
E t T emplum non vidi
in ea. Dominus enim Deus 0-
mni potens Ternplum illius est,
et Agnus.
<
23
E t • Civitas non eget
Sole , neque Luna , ut luceant
i n ea ; nam claritas Dei illumi–
nav it eam , et lucerna eius est
Agnus.
24 E t ambulabunt gentes in
lun;line eius : et R eges terrae
'
donde se hallan exi_Jicadas. Básrenos decir
por ::thor:t , que S. Juan por medio de esta<–
m ateri,ll
y
preciosa
fabrica de
esta
Ciu–
dad , nos quiso delinear el adorno
y
pre–
cio de la Celestial Jerusalem;
y
así dixo:
que cada una de las
piedra~
de los funda–
mentos eran otras tantas p!Cd1)JS precio–
sas ;
y
cada una de kts puertas , otras rant.!..
Tas perlas. Que las murallas eran de jasee,
y
todd
b Ciudad ·, con rodas sus ecalles
y
p,azas de oro puro
y
transparente como' el
Grysral. No teniendo ni hallando cosa mas
preciosa con que poder comparar la pa–
tria
y
m:msion de los Bienavcnrurad'os,
nos propuso estas co·sas sensibles
y
visi–
bles de mayor precio,
y
que mas arreba–
tan la admiracion
y
consideracion de
lo~
a Isai.
L X.
19.
(
pri mer fun damen to era jaspe : el
segundo sa phiro: el tercero cal–
cedonia : el quarto esmeralda :
2 0.
E l quinto sa rdónyca : el
sexto sárdio : el séptimo chry–
sólito : el oél:avo beryl : el nono
topácio : el décimo chrysoprasm
el
unl~cimo
jacinto : el duodé–
cimo ;nethysto.
2
r ·Y las doce puertas ·sop
doce
argaritas , una en cada
una :
cada puerta era de una
margar 'ta : y la plat.a de la
Cludad oro puro , como vidrio
trañspa rente.
2 2
Y no vJ T emplo en ella ':
porque el
~eñor
D ios T odopode–
roso es el emplo de ella , y el
~ordero.
23
Y
la
Ciudad no
l¡¡ói
menes–
t er Sol , ni Lu .a que alumbren en
ella; porque la
,~Ja ridad
de Dios
~a
alumbró, y
lámpa ra de ella
es el Co rdero •.
i
24 Y anda rá las Gentes en
su lumbre: y los ey es de la tier-
'
hombres , para qoe por ellas contemple–
mos la grandeza de las invisibles , que sin
compar.Icion son mucho mas exc::elcntes.
1
Porque los Samas ven a Dios en
el
Cielo ,
y
le adoran a cara descubierta ;
y
así no hay necesidad de l;emplo
material~
c.puesto que en él
y
en el Cordero tienen
su eterna morada ,
ji
Dios es todo en ro–
dos. Y por este texto se ve claramente,
que
el
Templo que describe EzEcn
rnL
x L.
en
~
Cielo , se ha de entender con
muy justa razon eo sentido espiritual.
<==
D ios es el Sol de aquella Celestial
Jerus'alem ;
y
la sacrosanta Humanklad de
Jesu Christo derramar;\ una luz inmensa,
que alambrad.
y
llenará de singular con–
sudo a
todos los Bienaventurados.