·Ul.O VI.
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debat super illum, habebat sta–
teraro in manu sua.
6
Et audivi tamquam vo–
cero in medio quatuor a(Jiima–
lium d icentium : Bilibris tritici
denario, et tres bilibres hordei
denario, et vinum et oleum ne
laeseris.
7
Et cum aperuisset sigil–
lum quartum , audivi vocero
quarti animalis , dicentis: Ve–
ni, et
vide.
8 Et ecce equus pallidus:
et qui sedebat super eum, no-
I glesia para que la persiguiesen
y
despe–
dazasen . La
balanza
verdadera es la san-
ta Escritura; porque es la
regla~
que se
ha de ajustar _,do Christiano '· tanto por
lo
que mira a
la
fe,
COJl)
a las costum–
bres.
Se dice pues, que
que está mon–
tado encima tiene su
¡.··
anza en la mano;
:l
porque es el que in¡;(¡ ce
y
enseña a los
1-lcregcs a usar de.:: las'
:uuas
Escrituras, no
segun
la
dcrcrminacion
y
consentimiento
de b Iglesia , sino interpretadas a
su
mo–
do
,
y
acomodadas a su paladar.
sentado sobre él , tenia en suma–
no una balanza.
6 Y oí como una voz en me–
dio de los quatro animales que de–
cían •: D os libras de trigo por un
denario , y seis libras de cebada
por un dena.rio •, mas no hagas
daño al vino ni al aceyte
~-
7 Y
quarido abrió el quarto
1
sello, oí la voz del quarto ani–
mal, que decia: Ven ,
y
ve–
rás.
8
Y
apare.ció un caballo páli–
do •: y el que .estaba sentado so-
Arrianismo , el qual se vió muy triumphanw
te, qu,ando despues delConcilio de Rimi–
ni ,
o .ngañados o atemorizados muchos
Obispos Cathólicos , juntos con los ene–
migos de la fe condenaron la dotl-rina
de los Padres Nicenos
palabra
con–
.subslancinl;
lo que dio motivo a S:
GE–
n 6NYMO
~n.,t,l
Diálogo
contra
los L ucife-
rinno.s
a
q~ejarse
y
lamentarse
de
que to–
do el mundo se había vuelto Arriano. Mas
Dios en medio de
t:ln
terribles circuns–
tanci:~s
no .dexó sin socorro
a
su Iglesia;
y
<:~unquc
fueron en corto n{¡mero los Pre–
dicadores de
la
sana doél:rina , sostuvo
a
• T. Gr.
AÍ"1'~~~'",
que decia:
se en–
tiende
la
voz : en
la
Vulgata los animales.
2
Un denario valia como dos reales
de nuestra moneda ,
y
era lo que un jor–
nalero ganaba con el trabajo de un dia
;
y
valiendo
un
cluniz
de trigo , o dos libras
de pan de trigo ,
y
tres
clumices
de ceba–
.da , esto es , seis libras un denario , se
cxplic;t con esto
1
grande carestía; por..
que un jornalero con el trabajo
de
todo
un
di.1 apénas podiJ
g~ar
pan para co–
mer : en esto se significa
la
escasez
y
f.1l–
ta.
de
la
di\'in:l p.1labra , de la que hace
mencion el Propheta AMÓS vnJ.
5tl.
Y
umbic:n
la
ese..sez
y
hambre en tiempo
de las repetidas incursiones de los Bárba–
ros por todo el Impc:rio Romano.
\ sus fieles con su Celestial gracia ,
y
con la
interior virtud del Espí1 u Santo, signi–
:7;ada en el vino
y
en el accyte.
' Estas palabras dixo Dios
:1!
que es–
taba sentado sobre el cab:tllo ;
y
en ellas
se da a entender , que en medio de esta
grande hambre
y
caresda no dex:uia Dios
:1:
ru
l glcsia sin consuelo. ?l.·fuchos sabios
interpretan, esta. hambre del tiempo dol
4
D cspucs de los pcrse · ores idóla–
tr:-ts
y
de los 1-Icreges ,
quienes se
va–
Jió el demonio p.tra err.1r a
b.
I glesia;
se levantó contra__,clla otro nuevo cnemi-
..l
g~
y
este a;egun varios l nrérpretes , fué
j\1ahoma con su Seéb.
A
este
~e
da el
noml¡re de
tmttrU
;
porque con sola la
fuerza de las armas , ayudado del infier–
no , se dilató por una gran parte de
la
tierra , que con toda suerte de crneldades
dcxó vacia de Christianos , contra los
que
este monstruo de crueldad
:~limentó
un
odio implacable. Otros , por este
caballo
pálido
y
macilento interpretan a los
hy–
pócritas
y
talsos l1ermanos. Se dice, que
el que estaba semado encima se llamaba
mu~rte;
porque por
la
en\"idia
del
diablo
eutr6 la muen<:
eu el
mundo :
y
que
el
in~