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ADVERTENCIA ·
SOBRE EL APOCALYPSIS O REVELAClON
·n EL APÓSTOL SAN JUAN.
E l
Apocalypsis o Revelacion que el
'~smo
J esu Christo hizo a su discípulo ama–
do, es un Libro que encierra en sí toda la sabiduría de los mysterios de la Igle–
sia
'
,
y
en el que se eontienen tantos incomprehensibles arcanos como palabras
~.
En él
se
ve ensalzada la Magcstad de Dios ,
y
abatida la criatura rebelde : se ha–
llan instrucciones muy importantes
y
de
la
mayor edificacion para los fieles: con–
suelos
y
dulzuras inexplicables para las
~lmas
santas : terribles castigos para Jos pe–
cadores : acw:iones de gracias
y
de alaba ; que sin cesar cantan los Angeles
y·
los
Santos a Dios
y
al Cordero
~e
fué sacrificado c-or la salud de los hombres. To–
do lo que en él se lee conspira a hacer entrar al hombre dentro ..... e sí mismo , a
(
eamente a los
b1~n~
·· ......rnos que el Señor tiene preparados para sus fieles sen•idorcs
y
amigos. En una palabra , ;omprehende este L ibro una
Proph~~ía
de los sucesos con–
siderables de la I glesia, desde la
prime.rahasta la segunda venida de J esu Chris–
to , en la que vencidos , postrados
y .
abatidos todos
SU!!
enemigos , entrará trium–
phaot~
y
acompañado de sus escogidos en la eterna
y
quieta posesion de su
Rey–
no. En vista de todo esto, ¿qué maravi"fm es que queden muy inferiores al mérito
de esta PropMkía todos Jos elogios 11on que han querido celebrarla los Intérpretes
y
Escritores sagrados que han traba}\n:io sobre eUa
?
Pero al paso que son tan ele–
vados
y
profundos los rnystcrios que contiene , crece su obscuridad
y
la dificultad
que se
encuentr~~a
entenderlos
y
para explicarlos. Y por
e~o
siendo tantos
Jos
lmérprctcs que
~an~~do ~~r
sus profundidades ,
y
tan varios los rum–
bos que han tomado para e' queda todavía mucho
q~c
decJarar
y
meditar en
este inmenso ocbno de los mystcrios de J esu Christo, de su Esposa la I gle!lia,
y
de la gloria de sus escogidos. Por esta r
con el mismo recelo hemos procu–
rado seguir en la exposicion de este Libro, aquel camino que nos ha parecido mas
seguro
y
mas acomodado al fin que el Señor tuvo en dexar a su I glesia este ri–
co thesoro. Entre los muchos
y
varios diélámenes en que se dividen los Exposi–
tores , hemos abrazado aquellos que hemos tenido por mas conducentes a la edi-
J.
S. Hit-ro11. iu. I.sai.' adfin."
2
Idem ad P atd.