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E PISTOLA D E L APOSTOL SAN JUDAS.
nem a utem spernunt , Maiesta–
tem autem blasphemant.
9 C um • M ichael Archan–
gelus cum d iabolo disputans al–
tercaretur de Moysi corpore,
n on est a usus iudicium inferre
blasphemiae ; sed d ixit : I mpe–
r et tibi D ominus.
10
Hi autem quaecumque ,
quidem ígnorant, blasphemant: '
quaecumque autein naturaliter,
tamquam muta a nimalia , no–
r unt, in his corrum puntur.
II
V ae illis , quía in ' vía
C aín abierunt, et
e
errore Ba–
laam mercede effusi sunt , et
in contradiétione ' Core per!e–
runt.
1 2
Hi sunt in ep ulis suis
""1~-
" Mcnosprcci:m . "
~~stad
Divina,
a Jesu Chrisro
y
las legíti . Potestades,
a los Superiores, tanto Eclesiásticos como
Civiles , sio respetar clases ni Gcrarq1,1Ías.
1:
II .
}lETR.JJ.
r. Derodolo qua! po–
demos concluir , quál será el rigor
y
se–
veridad del castigo que aguarda a estos
tales por su impiedad e impurezas , que
igualan en
eno1~idad
a las mayores que
se han conocido en todos
lo~
siglos.
_
3
Esto no se refiere en b s Escriru.\..;
pero S. J udas era inspirado del Espíritu
Santo ,
y
aun pudo probablemente saber–
lo por tradicion.
T
•npoco se sabe sobre
qué se fundaba esta e'" ·;stacion que tUV<t_
S. .Miguel con el diablo , ,.. '· te al Ot,er–
po de Moysés. Algunos fun
: ~ose
en
lo
que se refiere en el
ldtimo Capt ·lo del
D euterouómio
,
son de parecer , que que–
riendo el Arcángel , segun b 6rden del
Señor , que quedase oculto
el
lugar de la
sepultura de .hofoysés , el demonio pre–
tendia descubrirlo a los Israelitas , para
dar con esto oc:tsion a aquell' ueblo a que
idolatrase.
Y
el Santo Arcángel en esta
disputa se contentó con decir al dcmo-
a Zachar. r
1
r.
2 .
{J
Gmes. r v.
8.
y
desprecian la dominacion ' ,
y
blaspheman de la Magestad •,
9 . Quando el A rcángel Mi–
guel cfisputando
3
con el d iablo,
altercaba sobre el cuer po de Moy·
sés , no se atrevió a fulminarle la
sentencia de blas phemo; mas di–
xo : Má ndete el Señor.
10
Y estos blaspheman de to–
das las cosas, que no saben : y se
pervierten como bestias ir racio–
na les • en aquellas cosas que sa–
ben naturalmente,
11
A y de ellos , porque an–
du vieron en el camino de Caín,
y
por precio se dexa ron llevar del
1
erro r de Balaam,
y
perecieron en
la
sedicion deCoré
s,
12
Estos son lo•-
,9.ueconta-'
" nio :
El Seíior e.'t:crza sobre
tí
su poder:
o segun el texto t_5riego
f.m7tJ'~I1'~
rro•,
te increpe , te rrpri'Í1za.
El
demonio
\'CI"'–
dader;uncnre merece la maldicion ; pero
esta no debia salir de la boca de un An–
gel , como lo dice S.
GER6NY.MO1.11.
J::pist. nd Tit.
I 1
r.
4
T.
Gr.
T"
.;;A.c}«
t,r;"
,
animales
sin razon.
Se pervierten en todas lasco–
sas
que conocen naturalmente por los sen..
tidos ,
y
por el sentimiento de su apetito
natural, como las bestias sin razon.
11.
PE ..
TRr 1
I.
1 5.
T ales eran los Gnósticos , que
habian abandonado el pudor , la razon
y
la R eligion , vivicndcC:omo las besrias.
5
Este hombrt! ambicioso se rebeló
contra .Moysés"'.Y Aaron,
y
quiso usurpar
el ministerio del Sacerdocio co1Ur:1 la Ór–
den expresa de D ios ; lo que causó un.1
e division en el Pueblo : mas fue–
ron castigados los rebeldes, haciendo el
Señor que se abriese
1:1
tierra ,
y
que se
los tragase vivos.
Num. x v
I.
2 1.
Pues
aun castigad. el Señor con
lll:lS
rigor a es–
tos Heregcs que están figur:tdos en aque–
llos c:tstigos.
BEDA
t'u/umc
/ocum.
e }lumer. xrr r.
23.
d Nmurr.
XVI.
31.