ADVERTENCIA.
de servir para lo segundo. A lo que. se añade , que pudo rambien el Apóstol·saber
dicha
cont~stacion
por, radicion que se conservase entre los
Judíos,
así como S. Pablo
nos dice los nombres de los Magos de
Egypto
Janes
y
Mambres,
que·
no se
expre–
san en la Escritura. La tercera objecion Jéjos de tener en sí alguna fuerza , ofrece
por 'el contrario un exemplo admirable de modestia
y
humildad. Los Escritores sa–
gr:~dos
y
los Prophetas posteriores ·han seguido freqiienremente los mismos pensa–
mientos,
y
aun usado .de las mismas palabras que los que' les precedieron. Pero
:lUnquc nuestro Apóstol siguió muy de cerca los pasos de la Carta de San Pedro,
esto no obstante se ve que añadi6
muc~o
de su cosecha ; de manera que se enar–
dece
con
mayor vehemencia
y
fuerza contra las hcregías que combate ;
y
esto
dió
ocasion a Orígenes para que dixese las siguientes palabras :
JÜdas escribió
zm~
Car–
l a
de breves notas , pero llenas de fuertes razonamientos de la gracia Celestial.
No se sabe precisamente su data ; pero habiéndola escrito despues que San Pe–
_dro escribi6 la segunda suya
,
poco
ánt~
de su muerte , esto es , entre el
año
de
sesenta
y
cinco
y
sesenta
y
seis
de Je). Christo•s
evidente
que San Judas no
podo
hacerlo ' tes de
este tiem
Po.